Los Siete (SuperMafia)

9.

Capítulo nueve: Pasado.

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Kai se encontraba tomando una ducha caliente, sus manos se apoyaban en aquella pared mojada y su cabello destilaba agua y recuerdos que se deslizaban desde su cabeza hasta sus pies. Cerró fuertemente los ojos tratando de no recordar, pero aquel sentimiento lo invadía cada vez más. Aquella llamada lo había descolocado pero sería mentirse a si mismo el no reconocer que algo de felicidad le causó saber de sus antiguos amigos, después de todo con ellos aprendió mucho de lo que hoy sabe.

Salió de la ducha envolviendo su cuerpo con una toalla, miró al espejo y en su reflejo pudo notar ciertas cicatrices de batallas, algunas de ellas le daban orgullo, otras no tanto.

— ¿Como mierda aún sigues con vida? — se preguntó a sí mismo mientras miraba su reflejo.

Una voz al otro lado de la puerta lo sacó de sus pensamientos.

— ..Es de las mejores que tengo..¿la quieres o no?... sabes que no encontrarás nada mejor.... es bastante potente, yo mismo la ordene...muy bien.... en aquel lugar....

El moreno sintió aquella voz al otro lado de la puerta, frunció el ceño y abrió aquella para saber de dónde provenía aquella voz.

— ¿Mark? — dijo aún con su pelo mojado.

— Kai — reaccionó.

— ¿Con quién hablabas? — dijo mirando hacia todas partes.

El menor tragó saliva y respondió.

— C-con, Lucas — dijo por lo bajo.

— No escuche a Lucas — respondió intrigado.

— Hable con él por el auricular. — respondió seguro.

Kai quedó pensativo— ahh, claro. — terminó por decir.

— Bien.. — Mark quiso decir algo más pero decidió irse.

El mayor contempló aquella situación con cautela. ¿Debía sospechar? Claro que no, después de todo es Mark de quien hablamos.

(..)

~ — ¿Volverás?
— Claro que sí, Yuta.
— Solo espero que recuerdes una         cosa...aunque parezca lo contrario, no les perteneces.. ~

— Has estado pensativo desde ayer.

— Bueno.. por lo que sabemos alguien nos quiere ver muertos — respondió el mayor saliendo de sus pensamientos súbitamente.

— Sé que no es por eso. Dime Taeyong, ¿qué fue lo que te dejó así? — el menor lo miró con todo el amor que le tenía.

— Ya te dije que no pasó nada allí, ¿porque sigues pensando en aquello? — se incorporó en su cama.

— Solo trató de entender.. nada más.

— No hay nada que entender. Tennie.. todo está en orden. — el mayor le sonrió.

El menor quedó pensativo por un segundo.

— Entiendo.. — sonrió de regreso— ¿quieres que te traiga algo de comer? no has comido nada desde ayer.

— ¿Enserio? — el mayor lo miró pensando que bromeaba, tragó saliva y su cara volvió a la normalidad— .. estaba sin apetito.

— Lo imagine.. ¿querrás algo o no?

— Creo que iré contigo.

Ambos se dirigieron a la cocina y se encontraron a todos allí.

— Te dije que no le echarás más sal, ¿ahora quién se lo comerá? — preguntó el moreno.