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Capítulo dieciocho: Llegada (part2)

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— ¡Hey! ¡Esa no es tu comida! — exclamó el moreno.

— ¿Y de quien carajo es? — dijo Lucas con comida en la boca.

— Del nuevo.. bueno no "el nuevo" — movió la cabeza— bueno si es nuevo pero no es "el nuevo" como nuevo sino más bien el.. nuevo — dijo con una rara mueca mientras Lucas lo miraba con la boca abierta y el pollo a medio comer. — ¡solo ve y dáselo quieres!

— ¿Y porque debo hacerlo yo? — dijo con los ojos muy abiertos.

— Porque tú sí eres el nuevo. — le sonrió.

Lucas frunció el ceño, intentó no objetar ya que sentía que cualquier cosa pondría en riesgo su estadía, pero ir donde "el nuevo" no era lo que quería hacer en ese preciso momento, algo en él le daba escalofríos.

— Pero hyung.. — dijo con sus ojos tiernos.

— Yo iré. — dijo el tailandés quien aparecía y tomaba el plato de comida.

— ¿Seguro?, tiene cara de psicópata — dijo el mayor para luego reír.

— Igual que ustedes y nadie les dice nada. — dijo yéndose del lugar.

Kai y Lucas, quien aún tenía comida en la boca, se quedaron estáticos mientras se miraban.

(..)

Ten bajo el subterráneo donde tenían la sala de tiros y casi todo el arsenal. ~ excelente Taemin, dejas a un maldito recién llegado justo donde tenemos todas nuestras armas ~ pensó. Camino hasta que llegó a aquella habitación asegurada, tenía una ventana justo en el medio y en ese mismo momento se cuestionó cómo y para qué había sido construido aquel lugar que ahora era su hogar.

Llegó y miró por aquella ventana, aquel hombre se encontraba de espaldas sentado en aquella única silla, podía ver desde atrás su cabello azul y se quedó en él por algunos segundos. Recordó lo que le causó la primera vez que lo vio, hace solo una noche. No le dio para nada buena espina tener a alguien claramente prófugo, pensó que quizás tenía todo un séquito que podría estar tras su rastro, luego recordó que ellos no eran conocidos y solo hacían trabajos a clientes mafiosos, no tenían enemigos, eso lo tranquilizó.

— Tu, come algo — le dijo abriendo aquella ventanilla.

Taeyong por su parte sólo vio unos cabellos negros azabache y una mano blanca como la nieve, bastante bien cuidada para alguien sumergió en aquel mundo.

— ¿Comida? — dijo girándose.

— ¿Disculpa, acaso querías ropa limpia también? — le dijo y el mayor aún seguía sin ver su rostro gracias a la poca altura que el menor tenía.

— ¿Quien eres? — le dijo.

Ten maldijo en tono bajo — solo ven y cómete esto, ¿quieres?— le dijo pasándole la comida por la ventanilla.

Taeyong levantó sus manos encadenadas y le dijo. — Traigo cadenas, no puedo acercarme.

Ten se levantó en punta para verlo y maldijo nuevamente. — Pero que mierda Baekhyun... — mientras sonaba un manojo de llaves.

El mayor pudo ver aquellos ojos bastantes felinos, sonrió ante aquel reclamo y supo que era uno de los más jóvenes.

Al abrir la puerta lo vio, apenas un poco más bajo que el, cabello negro, contextura delgada, rostro felino, nariz respingada. Taeyong sintió cómo de pronto su boca se le secó y tragó lo poco de saliva que aún almacenaba.

Los Siete (SuperMafia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora