𝐎𝐅 | ¿Podemos fingir odio para evitar amor? Ellos eran dos adolescentes que se conocen y odian desde que eran tan solo unos niños, dos personas que se llevan cuatro años, que además son perfectamente para estar juntos ¿Pueden fingir para tratar de...
Veía como las enfermeras y doctores entraban a revisarla, mientras que yo estaba sentado sobre un sillón a lado de mi mamá y Alfredo, sintiendo un nudo en la garganta y un dolor inmenso en el pecho, no podía creer que ella podía estar muerta, no sabía cómo hablar con Serafín, no sabía que hacer, el era si hermano mayor y tenía que saber la verdad de lo que estaba pasando Anastacia, pero no sabía cómo decirle "Estaba con tu hermana y de repente le dio un paro cardiaco."
—Ella es muy fuerte, créeme que lograr estar de nuevo con nosotros.—Mi mamá hablo, poniendo su mano sobre mi espalda, pero no había nada que podía consolarme, la estaba perdiendo.
—Carnal hazle caso a tu mamá, ella es una chingona y va a salir de esta, siempre a demostrado ser la mejor en todo y lo va a hacer una vez más.—Alfredo me dijo, pero podía ver como en sus ojos salían pequeñas lagrimas, el también había visto lo que yo, y pata todos era muy importante Anastacia.
—Le tengo que hablar a Serafín.—Les dije y los dos asintieron.
Me puse de pie y empecé a caminar, me recargue sobre un mural, no estaba tan lejos de donde estaba Ana, así que podía ver que pasaba, pero ahora tenía que hablar con Serafín, y sabía que estaría destrozado después de esto.
—¿Bueno, Ovidio?—Me dijo, y por cómo se oía su voz podía apostar que no estaba nada bien.—¿Como está Ana?
—Tuvo otro paro cardíaco, no saben si la va a librar y... No se que hacer Serafín, jamás me e sentido así.—Le dije y las lagrimas cayeron los mis mejillas, no había dormido y podía apostar a que me veo de lo peor, pero no me quiero ir sin ella.
—¿Que pasó Ovidio?—Me pregunto confundido.—No te escuche bien, vamos pasando por el puente y no ahí buena señal.
—¿Ya casi llegan a el hospital?—Le pregunte viendo cómo Yasmín entraba con su hija y me escondí para que no me vieran.
—Si, ahora si ¿Que pasó?—Me preguntó.
—Tu hermana está otra vez con los doctores, tuvo otro aro cardiaco y pues estamos esperando noticias.—Dije.—Ahora estamos en la sala de espera, pude pasar a verla y si está muy mal.
—¿Que? ¿Y Vicente y mi apá?—Me pregunto.
—No se, solo estamos Alfredo y mi ama que vino, los demás no se donde están.
—Ya estamos cerca de llegar a el hospital, cualquier cosa que pase me hablas, no puedo creer todo lo que está pasando.
—Ni yo, pero vamos a ver qué pasa, tu hermana es fuerte y verás que estará bien.—Dije.—Ella es una chingona.
—Lo es, bueno me hablas cualquier cosa ya sabes, te tengo que colgar.—Colgó, mientras que yo guardaba mi celular sobre mi bolsillo y miraba todos los movimientos de ellas.
