𝐎𝐅 | ¿Podemos fingir odio para evitar amor? Ellos eran dos adolescentes que se conocen y odian desde que eran tan solo unos niños, dos personas que se llevan cuatro años, que además son perfectamente para estar juntos ¿Pueden fingir para tratar de...
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Anastacia S. Zambada — Culiacán, Sinaloa
Nos vemos en nueve meses padrinos..
—¿Es neta?—Hablo Alfredo y mire como mi hermana estaba viéndome y después miraba la caja y después a Ovidio.—¡Felicidades carnal! Ya viene un Chapito en camino.
—Gracias, Alf pero créeme que no creo que deje que se llame como tú.—Hablo Ovidio cruzándose de brazos como Niño pequeño haciendo que yo me riera de su actitud.
Alfredo le dio un leve golpe a mi hermana en el brazo y ella reaccionó.
—¡Seré tia y madrina!—Habló emocionada mientras se separaba de Alf y se levantaba para abrazarme.
La abracé y mire con una sonrisa mientras que ella no me dejaba de abrazar, lo bueno es que se lo tomaron bien.
—Si es niña, Ovidia Alfreda.—Me separé de ella cuando escuche lo que decía Ovidio a Alfredo que estaba totalmente de acuerdo los dos.—Y si es niño, Ovidio Alfredo.
Mi hermana negó mientras que yo me reía, mi hijo o hija no se llamaría así, de eso estaba segura.
—Si es un niño se llamará Archivaldo Guzmán Zambada y si es una niña será Ana Sofia o Ivanna Guzmán Zambada, nada de Ovidia o Alfredo.—Los mire mal mientras que ellos dos me miraban mal, y mi hermana se estaban riendo.
—Ganancia es que nos dejen ser los padrinos, Alf.—Hablo riéndose y Ovidio pasó su mano concentrado sobre mi barriga.
—Hola bebé, soy tu papi.—Se agachó mientras que nuestros hermanos y yo lo veíamos atento y enternecido al ver esa escena que mi novio nos daba.—Quiero que sepas que te amo como no tienes idea, aunque apenas hoy nos dimos cuenta de que venías en camino.
—Ange ¿No quieres hacer un bebé? ¡Ovidio me gano y ahora si será papá antes que yo!—Hablo mi cuñado cruzándose de brazos como un niño pequeño.—¡Amor!
—No, confórmate con tener un ahijado.—Hablo mi hermana mientras que bebía de su michelada y Ovidio me rodeaba con su brazo con mi hombro, bese su cuello y deja caer mi cabeza sobre su pecho mientras que acariciaba mi hombro desnudo por la tela de el vestido.
Dejo un suave beso sobre mi hombro derecho y después me miró. Sus ojos tenían un brillo único que jamás había visto, mientras que no dejaba de sonreír.
—Pinche Ovidio, así va a andar hasta que nazca mi ahijado, ya lo veré.—Hablo Alf haciéndome reír.
Ovidio pidió la comida para los cuatro junto con bebidas, la mía limonada por que no podía tomar casi nada, a los minutos llegaron con nuestras comidas y empezamos a comer con los chistes de Alf y Ovidio.
—¿Saldrá cabeza de Cheeto el bebé?—Preguntó Alfredo haciéndome reír mientras que Ovidio negaba.—La cuñada vino a mejorar la raza.
—Eso si.—Ovidio bebió de su limonada por que tampoco quería beber por el bebé.—Ojala que saque sus ojos.
