𝐎𝐅 | ¿Podemos fingir odio para evitar amor? Ellos eran dos adolescentes que se conocen y odian desde que eran tan solo unos niños, dos personas que se llevan cuatro años, que además son perfectamente para estar juntos ¿Pueden fingir para tratar de...
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Anastacia S. Zambada — Casa de Vicente Zambada N.
—Tenemos que hablar, Anastacia.—Me llamo Vicente, camine a paso lento sobre mis pies, hasta que llegue a donde estaba, Vicente, Serafín, Alfredo y Ovidio.
—¿Ahora que hice?—Pregunte levantando y bajando los hombros, restándole importancia.
—Nada.—Serafín habló, abrazándome por los hombros.
—Sabemos que te pego fuerte lo que le pasó a mi carnal..—No dejé que siguiera.
—Vallan a el grano.
—Anastacia..—Exclamó pero negué.
—¿Me van a mandar a un internado a Suiza como quería papá?—Le pregunte a Vicente y abrió los ojos como platos.
—¿Como sabes..?—Pregunto.
—Serafín me enseño cómo oír a través de las puertas y ¿Creen que soy estupida o que? Como no me iba a dar cuenta que se quieren des hacer de mi.—Murmuré molesta.—Sabía que este día llegaría.
—¡Serafín! Puras mañas le enseñas.—Vicente trato de abrazarme pero me quite, mientras que veía como Ovidio jugaba nervioso con sus cadenas.
—¿O de que forma se van a des hacer de mi?
—¡No queremos eso! Solo queramos protegerte.—Negué.
—Yo los necesito a ustedes, no a un estupido internado a el otro lado de el mundo donde estaré completamente sola.
—No estarás sola.—Alfredo murmuro.—Es por tu bien, créeme que las cosas se están poniendo cada ves peores desde que.. Desde ese día donde nuestras vidas cambiaron.
—¿Que está pasando?—Le pregunte a Vicente.
Suspiro viéndome.—Nada.
—¿¡Como que nada!? Pero de cómo quiera me quieren mandar a un internado a el otro lado de el mundo, que chingones ¿No?
—Es por tu bien y créeme que no estarás sola.—Serafín beso mi frente con lagrimas en los ojos.
—¿Con quien me mandaran? ¡Donde sea con la hija prieta de el! Juro que los mato a todos.
—Te iras algunos meses a la sierra de Colombia con Ovidio y Adriana. El cartel de Jalisco los está persiguiendo y es lo mejor, estamos confiando en Ovidio tu seguridad y estarás b...
—¿Que, que? ¡No! Acepto irme a Suiza, no, no crean.—Negué con la cabeza.—¡No!
—Ovidio te cuidará.—Serafín me abrazo y negué.
—Uy si, como no.
—Anastacia, estamos pensando en lo mejor para ti.—Vicente hablo y negué.
