𝐎𝐅 | ¿Podemos fingir odio para evitar amor? Ellos eran dos adolescentes que se conocen y odian desde que eran tan solo unos niños, dos personas que se llevan cuatro años, que además son perfectamente para estar juntos ¿Pueden fingir para tratar de...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Anastacia Zambada — Casa de Ismael "Mayo" Zambada
—¿No tienes suficiente con joderme la vida Yulliana?—Pregunté harta de su misma actitud mientras que ella intenta robarme una pulsera que mi papá me regalo hace unos años.
—¡Dámela ya Anastacia!—Se quejó viéndome mal.
—Mi papá me la regalo a mi.—Dije enojada viendo como de sus ojos salían pequeñas lagrimas, pero ella no me quitaría uno de los recuerdos, que tengo de cuando el me quería.
—¿¡Por que no entiendes que el me quiere más a mi!?—Masculló.
Alce una ceja.
—¿Eso crees?—Pregunté y Ella asintió.—Tu podrás creerte su hija, hija de "El Mayo" Zambada, pero no lo eres, en cambio yo si.
—¡Soy también su hija!—Gritó enojada.
—¿En tu acta de nacimiento dice Zambada? No, eso crei.—Solté una risa haciendo que ella enfureciera más.
—¡Dame esa pinche pulsera! No presumes que mucho dinero, pues dámela.
—Estas pero si bien pendeja si crees que te voy a dar mis cosas, pinche arrimada.—Dije enojada.
—¡Arrimada tu!—Me grito en mi cara.
—¿Ah si? Pues por lo menos yo no dependo de un hombre como tú, que todo quieres que te compre mi papá.—Le grite mientras que mis manos temblaban, estaba demasiado enojada.
—Deja de creerte la ultima coca de el desierto, créeme que cuando me opere seré mucho más bonita que tu.—Me jalo de el brazo, sacándome unos centímetros de estatura ya que ella era mayor que yo.
—¿También te operarás el cerebro estupida?—Pregunte riéndome.
—Voy a ser mejor que tú en todo.—Dijo viéndome.
—¿Crees que eso me aterra?—Pregunté.—Siempre ahi alguien más arriba que tú, más cabron y poderoso. Deberías de aprender a ser más humilde.
—¡Te odio!
—¡Tu mamá y tú estupido hermano destituyeron mi familia!—Le grité en la cara.—Todos estábamos bien, pero no, llegó la puta de tu madre y ahí se acabó literalmente mi familia.
—¿Que le dijiste a mi papá?—Pregunto.
—Lo que oíste, es un puta, al igual que tu.—Le dije arrebatándole la pulsera y guardándola en mi bolsillo.
