𝐎𝐅 | ¿Podemos fingir odio para evitar amor? Ellos eran dos adolescentes que se conocen y odian desde que eran tan solo unos niños, dos personas que se llevan cuatro años, que además son perfectamente para estar juntos ¿Pueden fingir para tratar de...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Anastasia S. Zambada • Hospital Universitario de Culiacán.
Desperté un poco mareada, abri mis ojos y sentí una presión en el pecho, mientras que un perfume inundaba la habitación, sabía que era el, lo reconocería en cualquier lugar, no sabía cuántas horas había estado sin saber de mi, pero lo único que sabía era que la había librado, y que mi hermano estaba bien, justo cuando estaba por abrir mis ojos, el comenzó a hablar.
—¿Que pensabas? Que me tendrías como tu pendejo toda la vida, mi reina, pues no, ojalá te acabes de morir y estés tres negros bajo tierra, para que jamás me molestes más a mi, o a Adriana y mucho menos a el bebé que viene conmigo, MI HIJO.—Sentía como sus palabras taladraban en mi cabeza, no tenía el valor de abrir mis ojos y enfrentarlo, no podía.—Maldito el día en que mis sentimientos de oído cambiaron a amor, ojalá jamás volviera a sentir algo por ti, me arruinaste la vida, y no solo eso, te metiste y supiste darme donde más me dolía ¡Fuiste de puta con Rubén! Ni siquiera eso, pensé que amabas y cada accion que hacía era pensando en ti, en que tenía que quitarte y amarte, pensaba no ser jamás un cabron contigo por que de verdad te quiera ¿Y mira como me pagaste? ¡Rompiéndome el corazón! Supiste darme donde más me dolía, pero no, ahora solo me queda esperar a que mi hijo nazca y alejarme completamente de ese ser tan repugnante que eres, ojalá te mueras Anastacia para así enterar todo lo que sentí por ti, jamás debí de haberme enamorado de ti, eso está bastante claro ¡Pero mírame! Estoy aquí, y tú ahí, tirada en una cama de nuevo, que espero que esta vez no te levantes jamás. Supiste hacerme mal, supiste hacerme sentir el peor de el mundo, cuando esa eras tú. Ahora me doy cuenta de por que mis hermanos son unos cabrones, por que ninguna mujer vale la pena, y mucho menos tú. ¡Anastacia Zambada ojalá te mueras y te pudras en el infierno!—Hablo alzando la voz y hacia lo mejor para no llorar u que el no se diera cuenta de que escuchaba cada una de sus palabras que se encajaban en mi corazón como puñales. Rio cínicamente y después se acercó a mi, tomó su cadena entre sus dedos y la arrebató de mi cuello haciendo que me doliera demasiado debido a mis heridas.—¡Esto es para mi novia! No pa' ti, y pensar que lo iba a arriesgar todo por ti, neta que le gente está bien pendeja cuando se enamora.—Después de eso, salió de mi habitación dando un portazo, abri mis ojos y estos estaban llenos de lagrimas.
Con mucho cuidado, me lleve mi mano a mi boca y solté un sollozo, cuando se escucharon algunos ruidos y demás afuera.
Nada me importaba, pero sus palabras estaban en mi mente y corazón, yo solo quería protegerlo, y ahora esta esperando un hijo, con Adriana, es que simplemente no estamos destinados a ser el uno para el otro. Nuestro amor no era tan fuerte como yo pensaba.
Negué con la cabeza y minutos después, entro una enfermera con una libreta en la mano, su expresión cambio y me dio una sonrisa, después de eso, salió y supongo que avisaría a mi familia que había despertado.
Pero ¿Como pasó? Un día me juraba amor eterno cuando estaba mal y al día siguiente me dice que me odia, después trata de arreglar las cosas conmigo y después embaraza a alguien que a querido con el desde siempre. No se que carajos me pasa a mi con el amor, pero esto, sinceramente no es para mi.