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Anastacia S

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Anastacia S. Zambada — Culiacán, Sinaloa.

Alzó una ceja y puedo ver de reojo como Ovidio están casi mordiéndose las uñas y tiene una mano sobre su arma por si algo llega a ocurrir, y después mire a una mujer como de unos dieciocho años más o menos, más pinche tuneada que un bocho, tiene más operaciones que mi libro de matemáticas y con el pelo rubio, con muchas extensiones.

—¡Tu!—Me señala con el dedo y Serafín gaga saliva mientas que yo la mire con los ojos entrecerrados.

—¡Yo!—Hablé mientras que después vi como quería echarse encima, si no es por que Ovidio y Serafín me echaron para atrás.

Serafín trata de calmarla y Ovidio me rocorre con la vida asegurándose de que estoy bien y que no me pasó nada.

—¡Pinche vieja loca!—Hablo sin pensarlo y depres mi hermano me mira mal.

—¿Quien es ella? ¡Chino! Ven y sácala e la chingada.

En eso llegue Rodrigo y me miró y después miró a la loca, negó con la cabeza y se recargó sobre el sillón.

—No pues no, Anahí, es la hermana de aquí mis ojos.—Hablo riéndose, mientras que yo abría los ojos como platos. ¿¡Mi hermano tiene novia!?—Y jamás sacaría a Ana, es a toda madre.—Los dos reímos.

Mientras que noto como Ovidio se tensa y lo miró mientras que la vieja anda haciendo corajes, casi creo que le sale humo por las orejas.

—Hable riéndome

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—Hable riéndome.

—No mames, me dio un arañazo.—Hablo Ovidio sobándose su cara y note como tenía rojo, pero no me podía acercar a ver cómo estaba por que había gente presente.

Suspire.—¿Y cuando se enamoraron o que? ¿Como que has bajado mucho tus gustos carnal? Antes mínimo me respetaban, si no es por ti y el prieto ya me hubiera hecho algo, la salvaje esta.

—Uy si, pinche prieto.—Hablo Ovidio por lo bajo pero lo alcancé a escuchar.—El prieto que te hace pegar unos gritones.—Me susurro sin que mi hermano lo oyeran, haciendo me pusiera pálida.

Odio Fingido | Ovidio Guzmán | TERMINADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora