Anastasia S. Zambada — Medellín, Colombia
Hice pucheros mientras que veía la cara de mi novio, el estaba empacando algunas de las cosas que se llevaría, por que tendrá que venir de nuevo pero esta vez solo, por que no creo que a mis hermanos les parezca y menos puedo decirles que si puedo volver con Ovidio.
—¡No me quiero ir!—Hablo mientras que no novio se da la vuelta y me me mira, mientras que ya estoy lista con un pantalón de cuero y una chamarra de mezclilla blanca, si por mi fuera, me quedara algunos meses más con el.
—No te preocupes, hermosa, que nos veremos todos los días por que me quedare en la casa junto con Alfredo, solo será cuestión de que nos veamos a escondidos.—Hablo el mientras que está recargado de el marco de la puerta.
—¡Pero es que no quiero, ratón! No quiero vernos a escondidas solo por que no aceptarán nuestra relación.—Hablo haciendo pucheros mientras que el sigue neutro, después tomó un cojín y se lo aviento, haciendo que reaccione y me mire con una ceja alzada mientras que yo estoy enojada por no poderme quedar más tiempo de él que quiero en Colombia.
—Tranquila, no empieces con las agresiones zanahoria.—Hable mientras que recoge el cojín y después lo avienta a el sillón.—Solo serán unos meses.
—¿Y si cambias de opinion? ¿Y si te arrepientes de irnos juntos? ¡No!—Hablé mientras tapaba mi cara con mis manos y el negó.
Suspiro.—Jamás me arrepintiera de la hermosa relación que tengo con esa niña que me vuelve loco, pero entiéndeme, no podemos gritarlo a los cuatro tiempos por todo lo qué pasó entre nosotros dos.
—¡La vida apesta!—Hablé mientras que sentía los pasos de mi novio alrededor de la cama.
—No.—Hablo Ovidio mientras que se subía arriba de la cama y me rodeaba con sus brazos.
—Si.—Murmuré con pequeñas lagrimas en los ojos.—No quiero volver, parecía estar en una burbuja cuando solo estábamos tú y yo, y no..
—Se que será difícil, pero lo haremos, cuando Alfredo sepa, le podemos pedir ayuda y nos podemos escapar algunas noches, para estar solitos.—Hablo mi novio mientras que hunde sus dedos sobre mis muslos hasta mis costillas.
—El amor todo lo puede ¿No?—Hablé con una sonrisa y el asintió.
—Nuestro amor a pasado por tanto, que creo que resistirá estar a escondidos por una temporada.—Ovidio acaricio mi mejilla mientras que una lagrima bajo por mi mejilla.
—Prométeme que jamás te olvidarás de mi, no quiero ser de esas que están encerradas en la casa y el se revuelca con cuánta vieja se le pone enfrente, no quiero ser como ellas.—Hable con un nudo en la garganta mientras que el niega.—Como mi mamá.
—No lo serás.—Hablo el limpiando la lagrima con su dedo pulgar, mientras que me abrazaba por la cintura.—Siempre fuiste y serás la única, aunque miles de mujeres se me pongan enfrente, eres la mujer de mi vida.
ESTÁS LEYENDO
Odio Fingido | Ovidio Guzmán | TERMINADA
Romance𝐎𝐅 | ¿Podemos fingir odio para evitar amor? Ellos eran dos adolescentes que se conocen y odian desde que eran tan solo unos niños, dos personas que se llevan cuatro años, que además son perfectamente para estar juntos ¿Pueden fingir para tratar de...