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Anastacia S

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Anastacia S. Zambada

¿Que se Les antoja de desayunar a mis amores?—Ovidio preguntó mientras que seguía acariciando mi vientre que en estos meses había crecido mucho, ya era más que evidente de que estaba embarazada y me encantaba mirar como Ovidio les hablaba. Se metio entre mis piernas y beso mi vientre, después de eso recostó su cabeza sobre este.—¿Fresas?

—Fresas con hot cakes y jugo de naranja.—El asintió, de nuevo se acostó a mi lado en solo bóxers y me abrazo, para besar mi mejilla y acomodarse mejor a mi acostado.—¿Has sabido algo de Serafín?

Ovidio negó.

—No, zanahoria.

—¿Te acuerdas cuando decías que ninguna mujer te iba a dominar?—Pregunté escondiendo mi sonrisa sobre su pecho.

—Que equivocado estaba.

Suspiro.

—¿Tienes ideas de nombres? Yo tengo una que estoy seguro de que te gustará, peor tú tienes la última palabra.—Lo mire.

—¿Cual?

—Ana Sofia, es tu nombre pero acortando el Anastasia, me gusta mucho, y siempre dije que si tenía una hija ss iba a llamar así.

—¿Por mi?—Pregunté.

—Si, supongo que no pensaba que me ibas a hacer caso.—Me miró, enlazó nuestras manos sobre mi vientre y después de eso beso mi mandíbula.—Pero ya me hiciste caso, y me gustaría que así ss llamara nuestra hija.

—Me gusta.

Sus ojos brillaron.

—Ana Sofia y Archivaldo Serafín, asi tienen las mismas iniciales.

—¿Serafín?—Preguntó.—Que feo nombre.

Arrugue la nariz.

—Le prometí a Serafín que cuando tuviera hijos el primero se llamaría como el.

—Está bien, pero cuando tengamos más yo elijo los nombres.—Suspiro resignado mientras que acariciaba mi abultado vientre. Ovidio había estado aún más protector conmigo por que tenía miedo de que algo malo nos pasara a mi, o a sus hijos, y ahora no se despegaba de mi, por que decía que se ponía de mal humor si no estábamos juntos.—Oye.

—Mande.

Alzó sus pobladas cejas.

—¿Por que siempre decían que no podíamos estar lejos el uno de el otro, y que éramos los únicos que se aguantaban?

—Por que no ahí manera de que te puedan separar de mi.—Beso mis labios y después de eso ma acuno entre sus brazos, suspire y lo abrace. Extrañaba mucho a mi hermano peor sabía Ake no iba a aceptar que ahora estaba con Ovidio y menos que estábamos esperando dos bebes, sabía que podía hacerla algo a Ovidio y prefería que esto se quedara así, a el menos hasta que se les pase a el coraje.—Te amo, mi bonita.

Odio Fingido | Ovidio Guzmán | TERMINADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora