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Recuerdos de Anastacia

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Recuerdos de Anastacia

Anastasia Zambada

Mire de nuevo a mi mamá y negué con la cabeza mientras que me intentaba subir a un tronco solo para tomarme una foto con mi hermano, negué de nuevo y me cruce de brazos, después Serafín se bajo y me abrazo por los hombros y me dio una sonrisa.

— Vamos, Ana. — Me dijo viéndome con una sonrisa y seguí negando con la cabeza.

— Princesa ándale, quiero que tengan muchos recuerdos cuando estén grandes. — Mi mama llegó y nos abrazo, mientras que yo veía todo atenta.

— Ma no quiero. — Murmure ya un poco enojada.

— Si te tomas la foto tal vez le diga a Vicente que venga a verte. — A como mi mamá hablo, levante mis brazos y ella me ayudo a subirme en la tronco.

— Trató. — Dije extiendole la mano y ella besó mi cabeza.

— Te quiero mucho, carnalita. — Hablo mi hermano pero me calaba demasiado el sol, le di una sonrisa que más salió como una mueca y el rio.

— ¡Sonrían mis amores! — Hablo mi mamá y sabía su cámara.

Serafín pasó su brazo por mis hombros y después beso mi mejilla, la verdad es que no me sentía muy bien, y también me calaba demasiado el sol, así que salí haciendo muecas.

— ¿Ya va a venir Vicente? — Le pregunte y ella asintió.

Después de eso, me ayudo a bajarme, aun era muy pequeña pero entendía muchas cosas, parecía que mi papá y mi mamá estaban teniendo problemas y tenía miedo que yo fuera la causa. Mi mamá me ayudo a bajarme de el tronco y a Serafín también, después empezamos a caminar por todo el rancho de mis abuelos, mientras que platicábamos de cosas sin sentido y mi mamá solo nos miraba con una sonrisa.

— Serafín, Anastasia vengan. — Mi mama nos hablo y Los dos hicimos caso, después fuimos y nos sentamos sobre una banca.

— Mande ma. — Dijo Serafín balanceando sus piernas sobre la banca, mientras que yo esperaba a que llegara mi hermano.

— Quiero que siempre estén el uno para el otro, así como lo han hecho estos años. — Hablo mi mamá y la vi con una cara extraña. — Anastacia solo te tiene a ti, mi vida, y quiero que siempre estés para tu hermana, llegará el día en el que yo ya no esté para cuidarlos y tendrás que cuidar a tu hermana, a mi me gustaría que siempre estuvieran juntos, serán más fuertes si algo llegará a pasarme.

— ¿Por que hablas así ma? — Preguntó Serafín y lo mire, después puse mi mano sobre la suya.

— Por que es la ley de la vida, algún día llegada mi hora y tendrán que enfrentarse a el mundo, y yo quisiera que siempre estuvieran juntos, como yo y Minerva. — Hablo y una lagrima corrió por su mejilla cuando recordó a mi tía.

Odio Fingido | Ovidio Guzmán | TERMINADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora