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Anastacia S

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Anastacia S. Zambada — Medellín, Colombia

No, no puede ser, no.—Habló Ovidio negando mientras que yo acariciaba su mejilla, estábamos los dos en nuestra cama mientras que el, estaba llorando, muy pocas personas habían visto lo débil que Ovidio podía ser y yo era una de ellas.—No lo volveré a ver..

—Tranquilo, encontraremos la forma, yo de que duele, pero piensa bien las cosas antes de actuar.—Ovidio me miró y tenía los ojos rojos, completamente, mientras que de sus ojos salían muchas lagrimas.

—Es que si Ivan estuviera aquí, el si sabría que hacer y ¡Yo no se!—Hablo Ovidio tomando mi mano y poniendo su cabeza entre mis pechos, mientras que me observaba.—Y si.. Perdóname pero creo que tu papá tuvo algo que ver.

—Créeme que yo también pienso, eso, son compadres y todo, pero en este negocio a todos se traiciona cuando aparece un mejor trato o negocio, se como es mi papá, y puede haberse volteado con..

Si Ismael, Ruben ya está ahora mismo con tu hija, tube que mandar a alguien a que la violara, para mandarle el video a tu hijo... ¡Si lo se!—Mire como hablaba animadamente con ¿Mi papá?—Cuando menos te lo imagines, estarás llevando a el altar a ella, mientras que mi hijo la espera y todos los Guzman estarán tres metros bajo tierra, ese pacto, será el que cierre las dos familias, estando unidos para siempre, los Oseguera y Zambada.

Espera...—Hable pestañeado repetidas veces y Ovidio me miró, mientras que con cuidado limpiaba las lagrimas que brotaban de mis mejillas, las acaricié y después dejé caer sobre mi vientre descubierto por que se me había subido la blusa.—Recuerdo algo, mi apá, el mencho ¡Me quieren casar con el pendejo de Rubén! Escuche como el, hablaba con mi apá, sobre cómo unir las dos familias y casarme con el, después de eso, hablaba sobre los tratos, estoy segura que...—Me levante dejándolo a él sobre la cama y saque mi maleta.

Saque algunos de los papeles que había recogido de la casa de mi papá, Ovidio me miró y se levantó sentándose sobre el borde la cama mientras que me miraba confundido.

—Amor.—Ovidio me habló pero lo ignoré, saque la carpeta y me sentía sobre la cama, Ovidio me miró y comencé a buscar uno de los tantos que tenía, mientras que el me veía.

Después de eso, el me comenzó a ayudar aha je no sabía ni que, hasta que me miró sorprendido, y se atragantó con su propia saliva.

—Ana...—Lo mire mientras que el tenía cara de pálido.

—¿Que pasa? Estoy segura de que entre tantas cosas ahí algo que nos servirá, no podemos dejar que se lo lleven, debe haber algo que nos sirva y podamos sacar a tu papá de la cárcel.—Ovidio me miró, después puso el papel frente a mis ojos y lo comencé a leer.

Isabel Gonzales, testigo protegido de la DEA, Jason Zambada Garcia, testigo protegido de la DEA.—Sentí como el aire se me iba y después mire la cara de Ovidio.—¿¡Mi mamá está viva junto con mi hermano!? ¡Que pedo!

Odio Fingido | Ovidio Guzmán | TERMINADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora