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INGORÉ LA presencia de esas dos personas y seguí bloqueando los golpes de Metal, hasta que el castaño hablo.

–¿Por qué quieres ser ninja?– pregunto.

–Es evidente– contesto Metal –para ser un hombre tan fuerte como mí papá y Keiko. Saber hasta donde puedo llegar, y...– giro a ver hacia la cámara –¡¿Esto saldrá en televisión?! M-Me llamo Metal L-Lee, m-mucho gustó. ¡Me llamo...!

Golpee su mejilla cuando empezó a balbucear y chocó contra un árbol, me cruce de brazos y solté un suspiro.

–¿Y tu por qué quieres ser ninja?– mire de reojo al sujeto que dirigió la cámara hacia a mí.

–Ya soy ninja...– respondí y señalé la banda ninja en mí cintura.

–¿Y por qué quisiste serlo?– mire hacia Boruto y sonreía apenado pero atento a mí respuesta.

–Para superar mis límites y vengarme de alguien...– empeze a caminar hacia Metal –Por favor siga con su camino, interrumpió un entrenamiento...

(...)

Puse mis manos dentro de mis bolsillos y mire el cielo oscuro, solté un suspiro y trepe un techo para tener una mejor vista.

–Superar mis limites...– camine tranquilamente por los techos hasta que me detuve al escuchar una risa.

Me acerque al borde y en la calle había una pequeña niña castaña con su padre, me senté y cruce mis piernas.

¡Arigatō, Oto-san!– exclamó ella cuando recibió una manzana acaramelada.

–Todo sea por mí pequeña princesa– revolvió su cabello y siguieron caminando.

Baje la mirada a mis manos cubiertas por vendas, mí vista se puso borrosa y cerré mis puños para limpiar mis lágrimas.

–Vengarme de alguien...– me puse de pie y frunci mí ceño –ese es mí destino.

(...)

–¿Para que me llamaste a esta hora?– pregunto al llegar frente a mí –¿No deberías estar en tu casa?

–Quiero superar mis límites– respondí, él rasco su cabeza –quiero vengarme del Hokage...

Dirigió su mirada hacia a mí al decir eso, sonrió de lado, de su ropa saco un pergamino, lo abrió sobre el suelo y mordió su pulgar para pasarlo por el pergamino.

De pronto una luz apareció pero no aparte mí mirada, al poder volver a verlo un cienpiés  estaba rodeando su cuerpo.

–Te presento a mí amigo– acaricio una de sus pies y mostró una sonrisa –el te ayudará en tu entrenamiento en lo que no estoy, tengo algo de que encargarme.

Me dejó el pergamino en mis manos y el cienpiés camino a mí alrededor, lo miro de reojo y luego al pergamino.

–Solo debes decir– levantó su mano hacia a mí –Tarui...– el bicho rodeo su cuerpo en el mío y me arrojo contra un tronco –y el empezara a pelear hasta que no pasa puedas más.

Mí vista se puso borrosa y cai al suelo, trate de levantarme pero todo mí cuerpo dolía como nunca, logré levantar mí mirada y él se estaba alejando.

La Hija De Neji Hyuga |Boruto: Next Generation|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora