La Hija De Neji Hyuga |Boruto: Next Generation|

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KEIKO APRETÓ sus puños al ver al hijo del Tsuchikage hacerle una llave a Boruto en su brazo.

–¡Sueltalo ahora mismo!

Ella corrió hacía Kuu para tratar de hacer que soltara a Boruto pero uno de los desechos golpeó su espalda tirándola al suelo.

–¡Keiko!– la voz de Kira llego a sus oídos, ella giro la cabeza pro el desecho se sentó sobre ella.

–¡Si no te quitas juro que voy a arrancarte la cabeza maldito desecho!– grito la Hyuga tratando de soltarse.

Shiro trato de ayudarla pero otro desecho se puso frente suyo, Keiko gritaba furiosa si dejar de amenazar al desecho.

–Has que se calle de una vez– ordeno Kuu.

El desecho acato la orden y sujeto el cabello de Keiko y estampar su rostro contra el suelo, sus gritos se dejaron de oír.

–¡Keiko!– Shikadai dio un paso pero se lo impidieron, este apretó sus dientes.

–Ya era hora que guardará silencio, llévatela, solo causará problemas.

–¡Keiko-chan!

–¡Keiko!

El desecho se hizo pedazos y la Hyuga fue liberada, todos quedaron sorprendidos.

–No se quitó en encima mío...

Keiko empezó a ponerse de pie lentamente, limpio su ropa y guardo el Kunai en su porta armas de nuevo.

–¡Estás bien!

–¡Atrapenla!

Desechos aparecieron de la tierra y rodearon a la Hyuga, está alzo la mirada revelando el Byakugan.

–Voy a disfrutar tirar los desechos a la basura...

Alzo ambos brazos, pero bajo la cabeza al sentir algo sujetar sus pies, dos brazos la arrastraron bajo la tierra, ella solo alcanzó a rozar su mano con uno.

–¡Keiko-chan!

(...)

La Hyuga despertó de golpe, cuando se paró golpeó su cabeza con algo.

–¡Rayos!

Coloco su mano en su cabeza y miro a su alrededor, estaba en una jaula cubierta de papeles bomba.

–¿Que es este lugar?

–Empieza a acostumbrarte niña...

Keiko giro su cabeza viendo a un hombre, por su ropa dedujo que era de la aldea.

–¿Tu quien eres?

–Eso no importa, vi como te trajeron de los pies, por tu banda seguro eres de Konoha.

Ella miro su cintura dónde estaba su banda ninja, chasqueo la lengua y camino hacia los barrotes.

–Yo que tu no los tocó, al menos que querías perder un brazo.

–Puedo vivir sin uno, solo mírame.

Ella acercó su mano hacia la puerta de la jaula pero un desecho entro al lugar y ella detuvo sus movimientos.

–¿Que miras?