La Hija De Neji Hyuga |Boruto: Next Generation|

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ELLA CAMINABA de un lado a otro mirando a los ninjas vigilar la puerta para que ella no entrara.

Él llevaba un tiempo allí y nadie le decía nada de lo que pasaba, faltaba a sus misiones, de todas la que hicieron solo participo en cuatro.

No quería irse de allí hasta saber cuándo saldría, odiaba que él la noqueara y volviera con los ninjas a entregarse.

–¡Vamos! ¡¿Al menos sigue aquí?!

Ambos ninjas se miraron entre ellos, ninguno le respondió, órdenes del Hokage, ella apretó sus puños y siguió caminando en círculos.

Nadie de su equipo sabía dónde estaba, Shiro y Kira solo la dejaron sola, no querían tener de nuevo a una Keiko amargada de nuevo.

–¿Keiko? ¿Sigues aquí?

–¡¿Donde está?!– grito al ver a Naruto salir.

–Sabes que no puedo decirte nada, es un tema muy delicado y privado.

–¡¿Donde estaban ustedes cuando yo lo encontré?! ¡Solo lo estaba ayudando!

–Lo ocultaste en tu casa sin decirle a nadie, de por si ya es un delito.

–¡Es mí amigo!

–Lo siento, pero no puedes saber nada...

Naruto despareció en una bomba de humo, ella grito al verlo desaparecer, bufo y se alejo del lugar.

(...)

Azotó la puerta de su habitación al cerrarla, puso ambas manos en su cabello y miro a todos lados.

–¡Maldito!

Tiró todo de su habitación al suelo, su problema empeoró, tiraba, rompió, y desordenaba todo.

–¿Keiko?

Giro viendo a Sayuri, su ceño se fruncio mas, ahora sabía cómo lo habían encontrado.

–¿Hablaste no es cierto?

–¿Que?

–¡Fuiste tu!– lo sujeto de su ropa y lo tiró al suelo –¡Esto es tu culpa! ¡Por qué no cerraste la boca!

–¡Oye cálmate!

Él trato de quitarsela de encima pero está empezó a golpear su rostro, la pelea se escuchaba por toda la casa, pero solo eran ellos dos.

–¡Keiko basta!

Sayuri golpeó su mejilla logrando sacarla de encima, ambos se pusieron de pie y ella giro a verlo.

–¡¿De que estás hablando?!

–¡Entregaste a Katsu, maldito idiota!

–¡¿Quien?! ¡Yo no hice eso, ni siquiera sabía que alguien estaba aquí hasta que esos ninjas entraron!

–¡No mientas!– le lanzó su lámpara de luz.

–¡Oye!– logro agacharse a tiempo –¡No me interesa a quien traigas aquí! ¡Por mí trae a quien quieras, pero yo no entregaría a alguien si no se quién es!

Ella dejo caer sus hombros, regulo su respiración y acomodo su cabello, Sayuri bajo sus hombros.

–Escucha, el tal Katsu, no sabía que estaba aquí... ahora se quién es el que comía mis dangos, pero jamás lo entregue. No haría eso, ustedes hicieron mucho al dejarme quedarme aquí, si no quieren que haga algo no lo hago.