La Hija De Neji Hyuga |Boruto: Next Generation|

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AMBOS DEJARON de correr y cayeron sentados al suelo, Kira limpio el sudor de su frente y miro a su alrededor.

–Si Keiko estuviera aquí ya estaríamos con los demás dónde dijeron...

–Deja de quejarte, estamos cerca.

–Lleva diciendo eso desde hace una hora, ya pasó un día y siento que seguimos en el mismo lugar.

–¿Y dónde está tu perro? Se supone que debería estar contigo, ¿acaso lo dejaste en la aldea?

–Etto...

–¿Que?

–Sora se rompió una pata en el entrenamiento.

–Genial, y supongo que tienes la nariz tapada ya que si usaríamos tu olfato ya hubiéramos llegado.

–¡Cállate! Mí olfato está bien, solo que no huelo otra cosa que no seas tu, dudas mucho.

–Todos sudamos.

–Asi no, eso es una enfermedad.

–¡Cierra la boca! Tu eres fea.

–¡Cómo!

Ella se puso de pie igual que él, ambos sacaban chispas por sus ojos al mirarse mal.

–Olvídalo, no gastemos fuerzas– Shiro se separó y camino hacia un árbol –No lograremos nada si seguimos peleando.

Kira se cruzó de brazos pero camino hacia él y se sentó a su lado, ella miro el cielo y soltó un suspiro.

–Y...

–Kira debo decirte algo– interrumpió Shiro.

–¿Que sucede? No me digas que te enamoraste de mí, perdón pero no eres mí tipo...

–¡Eso no tonta!

Shiro golpeó su cabeza, cruzo sus piernas y recostó su espalda contra el torso, Kia abrazo sus piernas y se sentó mejor para verlo.

–Keiko y yo íbamos a decírtelo pero surgieron problemas y se nos olvidó por completo, es un tema muy delicado para ambos.

–¿Tan serio es?

–Si... Antes de ti había alguien más.

–¿Que?

–¿Nunca te preguntaste porque te pusieron en este equipo de la nada? ¿De porque solo éramos Keiko y yo?

–Bueno si.. pero creí que era porque su salón eran pocos y ustedes eran equipo de dos.

–Bueno no, antes de ti había alguien más, se llamaba Katsu.

–¿Katsu?

–Si, era nuestro antiguo compañero.

–¿Y que le pasó? ¿Se fue de su equipo al conocer a Keiko? Digo, ella se ve mala y no le agrada a nadie.

–Si y no... Tendría que conocerte desde el principio...

«Keiko y Shiro esperaban impaciente a su nuevo sensei y a su otro compañero.

–¿Porque ambos tardan tanto?

–Seguro se murieron– dijo la Hyuga cruzada de brazos.

–No digas eso niña, seguro están en el baño.

Ella chasqueo la lengua y se recostó en el suelo, se cruzó de brazos y Shiro soltó un suspiro.

–¡Oigan!

Ambos levantaron la cabeza al escuchar una voz, un chico de cabello rosado y un hombre mayor iban hacia ellos.