Capítulo 10

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POV ZAHIRA

—Zayi, no te puedes quedar aquí postrada en la cama lamentándote porque te vas a casar —dice mi hermana sentada en el borde de mi cama mientras cepilla mi cabello con sus manos, tengo mi cabeza recostada a su regazo y eso me hace sentir mejor.

No le respondo nada, mi padre duró una semana aquí haciendo de mi vida un infierno, no solo estando contento con eso me informó que ya pactó la fecha de mi casamiento con quien sabe quien y ahora resulta que me cansaré en ocho meses, con un completo extraño al que odio aunque no lo conozca.

Mi hermana suspira profundo y mueve sus piernas indicando que alce mi cabeza para ella poder levantarse y así lo hago, hundo mi cara en uno de los almohadones y también lo rodeo con mis brazos, no quiero seguir hablando del tema y mi hermana insiste en seguir hundiendo el dedo en la herida.

—Zayi, solo te quedan dos semanas. ¿Y los vas a desperdiciar quedándote aquí encerrada? —inquiere.

Me siento en la cama y la fulmino con mi mirada, ella no tiene que pasar por lo mismo que yo, así que no lo entiende.

—¿Y que quieres que haga? ¿Qué corra como desquiciada a vivir una vida loca en estas dos semanas que aún me quedan de mi supuesta libertad? —gruño llena de impotencia por no poder cambiar lo que se avecina.

—No es mala idea, Zayi —me dice de manera sugerente mientras sonríe y ya se a lo que se refiere, pero no.

—Como si pudiéramos —le digo señalando hacia la puerta y ella coloca sus ojos en blanco.

Mi padre dejó cuatro hombres para que me escoltaran en todo momento y eviten todo intento de escape de mi parte, tienen la orden de no dejarme sola ningún instante.

—Por lo menos vamos a cenar fuera —me dice suplicante—. Daniel y yo hicimos una reserva en el restaurante Le Grill y se perderá porque el no puede ir.

—Ve tu sola —replico de mala gana.

—No sería nada bonito comer en una mesa para dos, con una vista hermosa al mar, si estás sola —dice mientras me mira como niña pequeña y hace un puchero, coloco mis ojos en blanco y niego—. Vamos, por favor —dice juntando sus manos en forma de suplica y yo maldigo por no poder seguirme negando.

—Está bien —le digo entre dientes—. Pero solo iremos a cenar, nada de irnos de fiestas o de sorpresas inesperadas —le advierto porque la conozcodemaciado bien.

—Como si pudiéramos hacer cosas divertidas con esos que están afuera pisandonos los talones —responde señalando a la puerta y reímos.

(***)

A las 7:00 pm ya íbamos de camino a Le Gill, mi hermana tuvo que venir en el auto que había designado el jefe de los escolta, porque le informaron que tengo prohibido viajar en otro auto que no sea el que mi padre dejó, en la camioneta van dos de los escoltas en la parte delantera y mi hermana y yo en los asientos traseros, adicional a eso nos sigue otra camioneta con los dos hombres restantes.

El aire acondicionado del vehículo se filtra un poco por debajo de mi corto vestido azul y tengo que frotarme un poco las piernas para no congelarme, las mangas largas del atuendo protegen mis brazos pero de nada sirve porque la apertura del escote en mi espalda hace que tirite un poco cuando el frío sube por mi columna, en cambio Cassy esta como si nada y ella también lleva un vestido que le llega a la mitad del muslo igual que el mío, la única diferencia es que es de color rojo, ella está acostumbrada a vestirse de esta forma tan llamativa y maldigo mentalmente porque no sé en qué momento me dejé convencer.

Mi hermana y yo permanecemos en silencio por todo el camino y solo hablamos en cuanto pisamos la entrada del hotel de París, en el ultimo piso se encuentra el restaurante y quiero comprobar si es verdad todas las maravillas que dicen del lugar, pero dudo mucho que disfrute la velada con cuatro hombres respirandonos en la nuca.

ALLARIK  Libro #2 ADD ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora