ALLARIK Libro #2 ADD ✅

Capítulo 58

POV ALLARIK

Abro mis ojos en cuanto siento el ruido infernal del tono de mi teléfono móvil, suelto un gruñido de desagrado cuando el sonido no cesa y me siento en el borde de la cama lo más veloz que mi adolorido cuerpo me lo permite.

Han sido noches muy placenteras, pero así como la satisfacción ha invadido mi cuerpo cada día. Del mismo modo deteriora mi energía.

Sonrío mientras miro a la rubia con rostro de angel que duerme plácidamente, como si no fuera la causante de mi desgaste físico. Esa mujer es insaciable y aunque se niegue a reconocer lo adicta que se ha vuelto a mis caricias, me complace saber que soy el único dueño de su amor y jamás encontrará a alguien que le proporcione tal sensación.

El maldito aparato que había dejado de sonar vuelve a hacerlo, sacandome así de aquel letargo en el cual no me importaría permanecer por siempre, si en él me acompaña la mujer que amo.

Tomo mi móvil y coloco los ojos en blanco al ver de quién se trata, deslizo mi dedo sobre la pantalla y cuando esta indica que la llamada ha sido tomada, coloco el aparato en mi oreja.

—¡Maldita sea...! Hasta que por fin te dignas ha contestarle a tu madre —se queja mamá al otro lado de la linea y debo alejar el teléfono de mi aparato auditivo, para no quedar sordo—. Quiero tu trasero árabe en el despacho en quince minutos y no aceptaré un maldito no como respuesta —grita de nuevo cuando presiente mis intenciones de decirle que no—. Ya hemos postergado demasiado nuestros planes y no estoy dispuesta a seguir tolerandolo —agrega sumamente irritada y luego cuelga sin darme oportunidad de decir algo.

Bajo el teléfono lentamente hasta colocarlo en el cajón de la mesita de noche en donde guardo mis pertenencias y vuelvo a observar a mi esposa.

He retrasado este momento lo más que he podido, porque soy consciente de las consecuencias que traerán mis actos. Antes, al imaginar las miles de posibilidades que tendría al llegar el momento de concretar mi venganza, me llenaba de maneras indescriptibles.

En mi vida no había cabida para otra cosa que no fuera destruir a mis enemigos, pero ahora... no se trata de solo eso. Ahora, no solo le destrozaré la vida a mi más grande adversario, sino que por ende, también se la destrozaré a la persona más importante para mí.

Mi madre también lo es, pero de que me sirve colocarla a ella en primer lugar cuando la que me saco de la penumbra en la que vivía es la mujer que ahora tengo como esposa. Por años mi madre fue ese pilar que necesité para cumplir cualquier meta que me propusiera con la tonta excusa de que eso me moldearia el carácter para enfrentar a aquellos que me habían destrozado la vida por completo, pero ahora las cosas son diferentes, ahora el pilar de mi vida ha sido sustituido por otro y me niego a destruir la estabilidad que este causa en mi.

Me coloco de pie dispuesto a acabar con todo esto de una vez por todas y cuando ya me encuentro aseado, decido bajar a enfrentar a mi madre.

Por años hice todo lo que ella siempre quiso y ahora es justo que todos avancemos, con esto no quiere decir que los causantes de nuestras desgracias queden libres de toda culpa y que vaya a perdonarles el hecho de hacer que viviera una vida miserable, pero considero de que yo ya no soy el indicado para tomar la justicia por mi propia mano y más, si eso afectará al amor de mi vida.

Soy sabedor del dolor que se siente ser consciente de que afuera hay alguien que daño a todos los que amabas y por tal motivo, no quiero que Zahira  pase por lo mismo. No quiero que su dulce y luminosa presencia, se vuelva una capa de amargura y oscuridad, mientras día a día se siente miserable por las malas acciones que han cometido los demás.

Camino por los pasillos dejando que mis pies se muevan de manera automática, mientras pienso en las palabras adecuadas que le diré a mi madre para convencerla de desistir de nuestros planes.