POV CLAID
Desespero, desasociego y profunda angustia, es lo que siento al llevar casi dos meses sin saber de mi hija. La búsqueda ha sido incansable y no sé que me hace sentir más frustrado, el no dar con el paradero de Zahira o que su madre se rehuse a consolarme ya que yo al igual que ella permanezco con un profundo dolor.
Cada vez que siento que me acerco más al paradero de mi hija, siempre resulta ser un maldito callejón sin salida. He movido a todas mis influencias, he buscado hasta debajo de las rocas, hasta he contratado personal que trabajan de infiltrados en la casa de los Sogamons y ni aún así he tenido información relevante.
Aprieto con fuerza la madera del escritorio que tengo al frente al sentir la impotencia pura recorrer mis venas. No entiendo, ¿cómo pasó todo esto? ¿En qué momento las cosas se salieron de control y ahora mi familia se ha vuelto a ver involucrada en problemas con los Sogamons?
La respuesta es obvia y me enerva no haber tomado medidas contundentes cuando tuve la oportunidad.
A pesar de que intentemos sepultar nuestro pasado, este siempre busca la manera de desenterrarse y salir a luz. Siempre permanece presente y por más de que tratemos de borrarlo, siempre queda algún maldito cabo suelto que se empeñara en destrozar nuestras vidas.
Tomo el vaso de cristal que permanece lleno de whisky y me bebo el contenido de un solo trago. Aquel elixir de color marrón capaz de hacer que a cualquier humano se le olvide hasta la más turbia de sus penas, baja con rapidez por mi garganta dejando a su paso un ardor que lo único que hace es calcinar más mi oscura alma.
Trato de colocar en orden mis pensamientos, pero ese vacío que deja la angustia al saber que uno de los tuyos no está, vuelve a atenazar mi pecho.
—Maldita sea... —aprieto mi mandíbula con fuerza, mientras mi orgullo lucha para no derramar ni una sola lágrima—. ¿Qué fue lo que hice mal? —me pregunto en un acto masoquista, cuando más que nadie soy sabedor de esa respuesta.
Dejar con vida a esa maldita mujer y por ende a su hijo bastardo.
Jamás me imaginé que el tener compasión me llevaría a mi propia destrucción. Nunca medí las consecuencias que podrían traer mis actos altruistas, no vi nada malo en ayudar a un pobre niño que a pesar de no haber nacido en aquel entonces, ya daba gritos desde el vientre de su madre pidiendo la protección de alguien y solo pensar que con mis acciones podría contribuir a la corrección de los errores que cometieron sus familiares en el pasado, me hacía sentir pleno.
Pero con lo que nunca conté, fue que detrás de cada semilla buena que yo sembraba en aquel chico, su madre se encargaba de envenenarla con su asqueroso odio y sus malditas habilidades de manipulación.
Él, es una ficha más en el tablero de juegos que por más de veinte años su madre ha sabido manipular, una víctima más de la malévola sangre Sogamons y a pesar de que el mismo lleva aquel linaje maldito corriendo por sus venas, aún soy creyente de que en aquel chico no abunda la maldad como en los demás.
—Señor Moftafard —escucho pronunciar a alguien de la parte de afuera de mi estudio, después de golpear la puerta de manera educada.
—¡Ya dije que no quiero que nadie me moleste, carajo! ¡¿Acaso eso es difícil de entender?! —grito fuera de mis casillas, para luego estrellar contra la puerta el vaso de cristal que aún poseían mis manos.
Mis manos tiemblan por la ira y la impotencia que antes solo era una punzada constante y fastidiosa, ahora se ha convertido en la sensación más horrible que he logrado sentir en años.
Mi hija... la luz de mis ojos, se encuentra quien sabe donde, sometida quien sabe a que cosas. Solo la maldita idea me enloquece, ella fue hecha para reinar y no para ser gobernada por nadie. Menos por un Sogamons.
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ALLARIK Libro #2 ADD ✅
Romance[Libro 2 de la trilogía amantes del desierto] Allarik "la venganza del jeque" Para Allarik, el amor es algo sobrevalorado que solo sirve para fastidiar a las personas con el drama y el sentimentalismo que deja a su paso. Nunca, a ofrecido a nadie lo...