Capítulo 38

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POV ZAHIRA

—Ven aquí —escucho decir a Allarik, mientras toma unas llaves que están en la mesita de noche y comienza a liberarme de las esposas.

Mi mente me dice que le meta una patada en sus partes nobles y huya, pero mi maldito cuerpo no responde a las órdenes que le envía mi cerebro, me siento como esas muñecas de trapos que llevan de un lado al otro, atribuyo todo esto al efecto de la droga que aún hay en mi sistema nervioso, pero muy en el fondo yo también lo quería... lo necesitaba. Yo también lo extrañaba.

—Dejame, hijo de perra —gruño tratando de luchar con las pocas fuerzas que mi traicionero cuerpo me lo permite.

Manoteo su pecho cuando se acerca y me toma por mis antebrazos para levantarme, pero esto solo lo que hace es empeorar la situación porque el me toma con fuerza y me aprieta a su desnudo cuerpo.

Mi cuerpo se tensa al sentir su miembro erecto pegado contra mi vientre y un jadeo involuntario abandona mi boca.

¡Mierda...!

Allarik sonríe con cinismo al escucharme y eso lo único que logra es hacerme sentir peor que antes.

Parezco una ridícula que solo se contradice con cada cosa que pronuncia y eso lo que logra es hacer que sienta una inmensa ira conmigo misma, por lo estúpidamente que me he vuelto. Su mirada felina se apodera de la mía y es imposible que no te tiemble la existencia frente a la imponente mirada de Allarik Gabad Asod Sogamons.

—¿Qué rayos es lo que quieres de mi? —inquiero en un suspiro derrotado, por más que luche siento que todo esto me sobrepasa. El me sobrepasa y todo los sentimientos que tengo hacia el.

Por más que intente odiarlo no puedo y por más que mi mente grite que debo hacerlo, mi estupido corazón se rehúsa a sentir otra cosa que no sea el inmenso amor que le tengo.

—Te odio —digo con mis ojos llorosos y el sonríe sabiendo que es mentira lo que digo.

—Yo también te amo, habibi —susurra cerca de mis labios—. Aunque en estos momentos te debería de estar odiando —suspira—. Simplemente, no puedo. Tú me debilitas y como toda debilidad, siempre debes estar escondida al lado de su dueño.

¿Qué? ¿Qué yo lo debilito?

Pues ya estamos a mano, porque si yo soy su debilidad, el es la mía y no una de esas a las que simplemente puedes superar y al lograrlo te hace más fuerte, sino de esas que te hace doblegar ante lo que sea y no puedes controlar aunque lo quieras.

—Tengo familia, Allarik —le recuerdo y el niega con su cabeza indicandome que no quiere hablar de ese tema—¿Acaso no te importa lo que en estos momentos ellos deben de estar pensando de mi? —añado, pero el se encoje de hombros haciéndome entender que le importa un carajo.

Trata de besar una de mis mejillas, pero yo aparto mi cara reacia a seguir sucumbiendo ante sus encantos.

Si a el no le interesa las consecuencias que sus estupidos actos desatan, entonces yo me negaré a estar a su lado de manera voluntaria, hasta que me muera... y mira que si soy efectiva a la hora de rechazar a la gente cuando quiero.

—No rechaces a tu  marido, Zahira —gruñe molesto—. Por más que te ame no estoy dispuesto a aguantar tu insolencia, no me hagas demostrártelo —agrega y una carcajada llena de sarcasmo es emitida desde lo más profundo de mi garganta.

La ira surca sus ojos y me regocija ver como lo he logrado cabrear con un simple acto de insolencia, como el mismo lo acaba de llamar.

—¿Pero qué más me puedes hacer tu? —inquiero mirándolo con ira—. Ya has destrozado mi vida, dudo mucho que haya otro daño peor que me puedas causar —le digo de manera desafiante y una vez más me reprendo por no saber cuando callar.

ALLARIK  Libro #2 ADD ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora