ALLARIK Libro #2 ADD ✅

Capítulo 37

POV ALLARIK

Llego a la habitación después de terminar de arreglar los preparativos de nuestro viaje de luna de miel y al entrar al lograr, noto que Murah se encuentra presente.

Observa a mi mujer con entera curiosidad y eso no me gusta, ella es una mujer de armas tomar y más, después de lo que pasó la vez que el padre de Zahira se tomó el anterior palacio.

Sus dos hijos y esposo fallecieron en el fatídico día y que se encuentren sentada al lado de mi esposa, acariciando su rubio cabello, mientras que la mira de manera psicópata, solo deja ver las ganas infinitas que tiene de acabar con su vida.

-Ya te puedes retirar -le digo firme al observar tan perturbadora escena, ella se levanta de donde se encuentra sentada y luego se dirige hacia mi, mientras me mira con orgullo.

-Has crecido tanto, mi niño -me agarra de mis mejillas y me las pellizca igual como cuando era un niño, y muy a pesar de lo casi psicópata que a veces suele llegar a ser, yo se lo permito-. Solo mirate, te casaste y ahora asumiras el lugar que te corresponde -dice feliz y yo le sonrío.

Ella es mi nana desde que tengo memoria y si hay una persona en este mundo, la cual desea más que nadie, incluso hasta más que mi propia madre, que yo asuma el trono, es ella.

-Ha llegado nuestra hora de surgir de las cenizas -pronuncio con seguridad mientras le sonrio-. Y ver como caen nuestros enemigos de rodilla ante nosotros, esos mismos que nos arrebataron todo -agrego dirigiendo mi vista hacia la mujer que duerme plácidamente desnuda en la cama a causa de un calmante y mi nana la mira con desaprobación.

-De todas las mujeres que hay en el mundo, aún no entiendo, ¿cómo te pudiste enamorar de la hija de nuestros enemigos? -me cuestiona con reproches, el odio que ella posee por culpa de esa gente es infinito y si quiero por lo menos cumplir así sea un solo aniversario con mi mujer, debo tener mucho cuidado.

Si fuera otra persona la mandaría al carajo porque no le debo explicaciones a nadie, pero tratándose de la mujer que prácticamente me crió, prefiero guardarme la sarta de groserías que tengo reservadas y responderle de manera amable, pero contundente:

-En el corazón no se manda, nana y ahora ella es mi esposa, por lo tanto no quiero que cometas ninguna estupidez que se te vaya a cruzar por la mente -la aparto para dirigir mis pasos hacia mi cama y me siento al lado de mi mujer que duerme como un ángel.

Varios de los mechones de su melena rubia los tiene pegados en la frente y de inmediato se los aparto para que su belleza no sea opacada.

-Además, cuando la conocí en Montecarlo no sabía que era la hija de nuestro enemigo -me encojo de hombros-. Ella ahora es mi mujer y aunque es la hija del hombre que más odio, merece respeto.

-¿Respeto? -bufa mi nana a mis espaldas y yo giro mi rostro para mirarla con dureza-. ¿Enserio espera que tenga respeto hacia la hija del hombre que destruyó a mi familia? -escupe con odio y noto como sus ojos poco a poco se van ensendiendo con el ardor de las llamas de la venganza.

-¿Estás cuestionando mi palabra? -gruño al notar la amargura en su voz y ella me encara.

-Es la maldita hija del hombre que mató a tu abuelo, a mi esposo y a mis hijos -me recrimina-. Yo estuve ahí el día que ese maldito hombre se tomó el palacio e hizo mierda nuestras vidas -me recuerda mientras dos lagrimas gruesas se deslizan por sus mejillas-. Vi escondida entre las sombras como ordenaba que le dispararan a sangre fría a todos los guardias incluidos entre ellos a los míos -su voz se quiebra por el horrible recuerdo y solo sentir el dolor con que narra las cosas, hace que el odio por mis enemigos cresca aún más -. Como después ordenó sin importarle que sacaran a tu madre a la fuerza sin importarle que estuviera herida, como si de una demente se tratase y después como vació todo el cargador de su arma en el pecho de tu abuelo -sus ojos no dejan de derramar lágrimas y siento como la sangre me hierve.