Capítulo 34 parte 2

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POV ZAHIRA

El grupo de mujeres que antes estaba aquí entran nuevamente y la habitación se vuelve un completo caos, la mujer con más edad del grupo y con rasgos severos se acerca a mi, saca unas pequeñas llaves del bolsillo de su traje con exagerada cantidad de cascabeles y comienza a liberarme las muñecas.

Me siento en la cama con cuidado, he estado mucho tiempo en la misma posición y el dolor tanto en mis muñecas como el de mi columna es terrible, a eso tengo que agregarle el horrible dolor de cabeza que toda esta maldita situación me ha generado y eso sin contar mi inestabilidad emocional.

—Debe acompañarnos, señorita —pronuncia con respeto la señora mayor y que lo pronuncie con sutileza no deja de sonar como una orden.

—¿Para qué? —pregunto aunque ya me lo supongo, pero quiero respuestas y si Allarik no me da ninguna, entonces tal vez pueda averiguar algo con ella.

—Para el gran evento —pronuncia sonriendo levemente y las otras chicas comienzan a dar griticos emocionadas, cosa que a mi me parece irritantes.

—¿En dónde estoy? —pregunto mirándolas a todas, pero ninguna habla.

Ninguna está dispuesta a decirme nada y con un jefe tan hijo de perra como Allarik, yo también tendría miedo.

—Es hora del baño —pronuncia una de las chicas saliendo por la puerta del fondo.

—No haré nada, si nadie me dice en dónde diablos estoy —me quejo en cuanto me pongo de pie y camino hasta el ventanal más cercano.

Una extinción inmensa de arena recibe a mis ojos y a lo lejos no se logra captar ninguna señal de vida, grandes y gruesas murallas se alzan alrededor de la estructura en donde estoy y por lo bien cuidado que se nota el lugar eso me da dos opciones. La primera: que Allarik es tan hijo de perra, maniático y loco que decidió aislarme de toda la sociedad trayendome a un lugar inhóspito o la segunda y creo que tal vez la más probable, es que el pertenezca a una de las familias reales de una de las naciones vecinas de la nuestra y todo este tiempo lo ha sabido ocultar bien.

Los lujos que desprende la propiedad me dan a escoger la segunda opción, por más dinero y extravagante que seas, solo un grupo privilegiado puede darse el lujo de tener un sitio tan exclusivo rodeado por las inmensas dunas, así como este. Además, cuando eres miembro de una familia real aprendes a identificar ciertas cosas, como por ejemplo: si quieres mantener una buena vida privada, sin gente acosandote a cada momento, ¿qué mejor lugar para vivir que la mitad de la nada? Y a eso debemos agregarle que la mayoría de las personas que conozco pertenecientes a mi medio. Por lo general llevan una vida alejada de las grandes ciudades y solo se ven obligados a interrumpirla cuando el deber los llama.

—El señor Allarik dejó órdenes específicas en donde nos indicó obligarla a realizar las cosas si usted no cooperaba —pronuncia la señora mayor interrumpiendo mis cavilaciones y luego deslizo mis ojos para observarla de manera desafiante—. Así que si no colabora nos veremos en la penosa situación de usar la fuerza y creo que eso es algo que usted no quiere, ¿cierto?.

—¿Ustedes me obligarán? —inquiero algo burlona al imaginarme como estas pobres mujeres en su más lejana ilusión, piensan que solo pueden venir y obligarme a mi, a hacer algo que no me da la gana.

Ya quiero que lo intenten.

La mujer mayor parece haber leído mi mente, porque se apresura a contestar:

—No, nosotras no —me aclara con aparente calma, pero en sus ojos se nota la rabia—. Pero afuera de la puerta —señala hacia el lugar—, hay dos hombres que estarán encantados de ayudarnos si las cosas se llegan a colocar difíciles —me informa y yo en estos momentos quisiera que se abriera la puta tierra y me escupiera en cualquier lugar lejano a este.

ALLARIK  Libro #2 ADD ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora