Capítulo 21

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POV ALLARIK

—¿Sucede algo, mamá? —pronuncio en voz baja, mientras deslizo mi mirada hacia Zahira asegurándome de que aún esté dormida.

Me levanto de la cama con cuidado y abro la puerta corrediza que da acceso al balcón.

Odio que espien mis conversaciones y aunque Zahira no parece ser una de esas mujeres chismosas, tampoco me gusta que escuchen lo que hablo con mi madre, es algo altamente confidencial y más con lo que tengo planeado hacer.

—¡¿Qué si sucede algo?! —grita ella cabreada—. Claro que sucede... Si para tí veintitrés años de estar encerrada en esta maldita torre llena de locas no es sucederme algo. ¿Entonces yo no sé que carajo es? —agrega y tengo que alejarme el móvil de la oreja para no quedarme sordo.

Quiere saber cuando la voy a sacar de ese lugar, pero las cosas no son tan sencillas como ella cree.

—Madre. Solo te pido un poco de paciencia, sé...

—¿Más paciencia de la que he tenido? —chilla mientras me interrumpe y yo tengo que apelar a todo el amor y la paciencia que siento hacia ella, para no explotar de ira.

Entiendo su situación, no me puedo imaginar lo horrible que debe ser estar recluida en un lugar como ese y lo peor es que de manera injusta.

Ha sido horrible para mí criarme sin ella y eso sin contar las veces que lloré su ausencia, si yo sufrí todo eso, mi cabeza no puede calcular el límite del sufrimiento que mi madre habra tenido por no haberme visto crecer. Ir de visita a ese lugar solo los dias de mi cumpleaño no era suficiente, un niño debe criarse junto a su madre y por culpa de ese desgraciado que se cree un Dios, mi madre ha tenido que sufrir muchas cosas.

—Mamá, te entiendo de verdad; pero sabes los protocolos y las leyes que debo cumplir para ejecutar nuestro plan —le respondo calmado y ella de queda en silencio por unos minutos al otro lado de la línea.

—¿Ya hablaste con tu padre sobre la herencia? —inquiere más calmada y ese es otro tema del cual no me gusta  hablar de a mucho.

—Aún no —confieso—. Pero pronto lo haré.

—¿Y que estás esperando? —sisea—. ¿A que venga esa maldita mujer que nos odia tanto y nos deje sin nada? —agrega furiosa y tengo que apelar a todo el amor que siento por ella para no gritarle que se calle.

Es mi madre y se supone que le debo devoción y respeto, pero es cierto lo que dice, cualquier día el hombre que se hace llamar mi padre puede dejar de respirar y la maldita de su esposa se quedaría con todo, esa mujer me odia tanto por ser el primogénito de mi padre y no soporta que su hijo que nació casi seis años después de mi, hubiera quedado en segundo lugar.

No sé de que mierda se queja, si el mocoso de mi medio hermano de todos modos por ser el hijo legítimo se quedará con el trono de mi padre y aunque soy el hijo mayor del sultán, no tengo poder para quitarle ese puesto, pero tengo derecho a reclamar una parte de la herencia y tengo muy en claro que es lo que deseo.

A mi no me interesa ese maldito trono, ni tampoco las lujosas propiedades que tienen en otros países. Lo que a mi verdaderamente me importa de esas tierras, es la zona inerte del desierto que queda al límite del país. 

Justo en esa zona fronteriza, se encuentra la maldita torre de las viudas. Ese mismo infierno en que mi madre se encuentra encerrada, del cual el hijo de perra de Claidelyn Moftafard se colocó de acuerdo con mi padre para no dejarla salir nunca más, pero eso está a punto de cambiar, cuando yo me case con Zahira y haga oficial mi casamiento; a mi padre no le quedará más opción que heredarme en vida lo que me pertenece ya que esa es la ley de nuestra tierra y sabiendo lo chapado a la antigua que es, no le quedará otro remedio que  aceptarlo.

ALLARIK  Libro #2 ADD ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora