Capítulo 44

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POV ALLARIK

—Adelante, por favor —dice mi padre y tanto mi esposa como yo, ingresamos a la extensa habitación llena de lujos excéntricos.

Caminamos por la estancia y Zahira no deja de observar algo horrorizada, las pieles de animales que permanecen extendidas en el suelo y la cabeza de otros, colgadas como trofeos en las paredes que parecen interminables.

Mi padre es un cazador experimentado al cual le enorgullece mostrar sus triunfos, yo por mi parte no comparto sus mismos gustos en aniquilar pobres animales inocentes y aunque en varias ocaciones lo acompañé a sus aburridas cacerías, jamás pude tomarle gusto a tan cruel acto.

Soy dueño de varias pieles, gracias a personas que me las han dado de regalo, pero jamás me ha gustado la idea de matar criaturas inocentes.

Al lado de su escritorio se encuentra una figura femenina que permanece de espaldas y cuando se da la vuelta, tanto ella como yo descomponemos el rostro.

Zaida, la actual esposa de mi padre no me soporta y solo mi existencia en este mundo, representa la desgracia más horrible de su vida y yo no me quedo atrás al expresarle con una mirada de desprecio que el sentimiento es mutuo.

Soy el recuerdo andante de la vez que mi padre la traicionó, pero lo que nunca entendió la maldita loca, es que yo no tuve la culpa de nada. Yo no pedí nacer fuera del matrimonio, menos pude controlar que mi madre le abriera las piernas a un hombre casado y muchísimo menos que mi padre con gusto cayera en sus encantos.

Eso a ella parece valerle muy poco y juro por Alá que si ella tuviera una bara mágica, no dudaría ni un segundo en usarla para hacerme desaparecer.

Espero a que mi padre tome asiento en su respectivo lugar y cuando este nos ofrece sentarnos niego con mi cabeza, tomando del brazo a mi mujer que amaga con hacerlo.

—No pienso extender mi estancia en tan, acogedor lugar y con gente tan... amable —le expreso recalcando con sarcasmo las últimas palabras, mientras miro a mi alrededor con desdén.

Zaida me mira algo molesta, pero disimula su enojo desviando su mirada al suelo.

—Solo he venido a buscar lo que me pertenece —aclaro y escucho como un resoplido sale de Zaida.

—¿Lo que te pertenece? —cuestiona con burla—. Lo siento querido, pero aquí no hay nada que sea tuyo. La gente como tú no tiene derecho a nada —dice con odio y yo reuno la poca paciencia que me queda, para ampliar una enorme sonrisa.

Gesto que la hace enfurecer aún más y a mi me regocija ver como perturbo su paz.

—Lo siento, no escuché nada de lo que dijiste —digo fingiendo estar despreocupado, cuando en realidad quiero matar a medio mundo—. Le acabo de hablar al sultán de esta nación y a menos de que esa seas tu, entonces si te prestaría la debida atención.

Zahira suelta un sonido estrangulado al escuchar mis palabras, mientras poco a poco todos vemos como el rostro de Zaida se torna colorado, dando la impresión de que en cualquier momento  va a reventar.

Mi padre permanece callado viendo toda la escena y después de dar un suspiro cansino, vuelve a hablar.

—Han pasado años desde la última vez que nos vimos, por otras personas me he enterado que contaste nupcias y no estando contento has ignorado todas mis llamadas —pronuncia con calma, pero en su tono puedo sentir el reproche—. No tuviste ni la más mínima decencia de invitarme a tu matrimonio —desliza sus ojos  marrones hacia Zahira—. Vienes a mis tierras a exigirme sin nada de respeto,  que te entregue lo que tu te llenas la boca diciendo que te pertenece —sigue hablando sin quitarle la vista de encima a mi mujer y eso me incomoda—. Y aún así, ¿no te tomas la molestia de presentarme a tu esposa? —agrega e inmediatamente la vista de todos los presentes viajan a ella.

ALLARIK  Libro #2 ADD ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora