Capítulo 52

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POV ALLARIK

Completo, así me siento al saber que al fin he logrado todo aquello por lo que trabajé por años.

Camino los pasillos que conducen a la habitación de mi madre y a pesar de haberlos recorrido antes, por esta vez el trayecto se me hace eterno.

Llegamos a la puerta que marca el nombre de aquella mujer que me dio la vida y la emoción que siento por verla es indescriptible.

—¿Allarik? ¿Eres tú? —pronuncia con voz temblorosa y en cuanto me ve, me abraza—. Gracias a Alah que eres tu, pensé... pensé que venían a hacerme daño como las otras veces —mira asustadiza hacia todos lados y una furia descomunal se apodera de mi al saber que han estado torturandola... malditos.

Estrecho su delgado cuerpo en contra del mío, para que note que si soy real y beso su frente para brindarle seguridad, ella no se merece estar así, ella merece el mejor trato del mundo y ese es el que le voy a otorgar de ahora en adelante.

—Nos largaremos de aquí —susurro con mis labios aún pegados a su frente—. Nunca más, nadie se atreverá a colocarte un dedo encima, primero lo mato —prometo y eso a ella la hace sonreír.

—¿Es enserio que de verdad no iremos de aquí? —pregunta aún incrédula—. Jurame que es así —veo como sus ojos se empañan por las lágrimas y eso me rompe el alma.

—Te lo juro —saco el papel que me acreditan como dueño de estas tierra y se lo extiendo—. Mira.

Ella lo toma sin dudarlo y en cuestión de segundos comienza a leerlo.

—Después de largos años de tortura, al fin lo conseguiste —me vuelve a abrazar—. Sabia que podías lograrlo, sabía que si alguien podía sacarme de aquí eras tú, mi niño —sonríe ampliamente sin dejar de llorar—. Jamás dudé de ti —sus palabras me llenan el alma—. Siempre confié de que lo lograrias, eres un Sogamons despues de todo y jamás nos rendimos —agrega colocando ambas manos en mi rostro y lo acuna, mie tras me mira con adoración.

Que mi madre me diga esto es algo que sin duda esperé por años, está orgullosa de mí y eso me hace sentir realizado.

Separa su cuerpo del mío y comienza a vestirse con la ropa que le he traído.

—Y dime, ¿Quien es la chica con la que te casaste? —pregunta mientras se comienza a desnudar frente a mi y yo me doy la vuelta para no mirarla—. Imagino que no manchaste nuestro linaje, casándose con una cualquiera —dice a manera de advertencia.

—No... también es perteneciente a una familia de la realeza arábica —le aclaro y la oigo aplaudir.

—Ese es mi hijo —agrega y yo sonrio como un maldito infante de cinco años, cuando su madre le festeja por hacer algo bueno—. ¿Dónde está la chica? Quiero conocerla.

Trago duro ante la idea y ruego a Alah que todo no se vaya a ir a la mierda. Nunca le conté a mi madre que Zahira es hija de nuestros enemigos y no tengo ni la menor idea de cómo va a reaccionar ante tal noticia.

—Claro, madre. La enviaré a buscar con algún escolta.

—¿Dónde se encuentra? —cuestiona algo desesperada—. Se supone que una buena esposa está siempre donde su marido coloca sus pies —sus palabras suenan a regaño, pero hago caso omiso.

—En la oficina de Hildegard —le informo y de inmediato coloca mala cara.

—Esa maldita... —gruñe mientras la veo tensar su cuerpo, la solo mención del nombre de aquella mujer hace que empuje sus manos de tal manera que sus nudillos quedan completamente blancos.

ALLARIK  Libro #2 ADD ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora