Capítulo 46

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POV ZAHIRA

—Zahira, ¿qué haces aquí sola? —inquiere Zaida mientras se dirige hacia mi y todas mis esperanzas surgen de inmediato.

—Solo vine a tomar un poco de aire fresco, estar encerrada en una habitación todo el día, suele ser asfixiante —respondo de manera gentil y ella sonríe.

—Es un lugar hermoso para meditar, ¿cierto? —pronuncia de manera amable, mientras se sienta a mi lado y suelta un suspiro de alivio cuando acomoda su cuerpo en el lugar que antes estaba vacío.

—Si, es hermoso —digo bajo—. Lugares como estos, me transmiten paz —agrego dedicandole una leve sonrisa.

Desde lo más alto de los árboles se escucha el trinar de la aves y la brisa fresca de la tarde, me brinda una sensación de tranquilidad aunque hace un momento mi corazón latía ansioso.

Sé lo que tengo que hacer, pero aún así las dudas me invaden y es difícil tomar una decisión coherente, cuando se vive con tanta presión a la misma vez y tus sentimientos son un gran estorbo.

Soy consiente de que la relación que llevo con Allarik nunca ha sido sana y por más que ambos nos empeñemos en estar juntos, el futuro siempre será el mismo, lleno de dolor y sufrimiento para los dos. Esa es de la única manera en que termina todo lo que comienza de forma incorrecta y lo de nosotros siempre estuvo mal desde el principio.

Pero así mismo ambos somos capaces de darlo todo por el todo, el uno por el otro, sin importar las consecuencias, en nombre de aquél amor que un día confesamos y el cual juramos defender por encima de todo.

Por lo menos así fue conmigo y aunque haya pasado todo lo que pasó con Sharik, muy en el fondo siento que Allarik también lo ve así. De no ser de esa manera, entonces no le vería el motivo de tenerme retenida a su lado.

—¿Sabes algo de jardinería? —pregunta emocionada y algo me dice que esto es lo único emocionante que está pobre mujer vive en su vida cotidiana.

—Siento decepcionarla, pero no tengo ni la remota idea de como cuidar una planta —le digo apenada sintiendo como mis mejillas se ruborizaban por la vergüenza y ella asiente algo desilusionada.

La última vez que cuidé una planta fue la del proyecto de la germinación que colocan en el jardín de niños y eso no salió relativamente bien, después de ver a la pobre  planta seca y sin vida, llegué a la conclusión que cuidar de otro ser vivo, no era mi fuerte.

—Pero soy fiel admiradora de los jardines bien cuidados y me encanta respirar el embriagante aroma que desprenden las flores —agrego y ella sonríe.

Tal vez no sepa cuidarlas, pero por lo menos disfruto de todo lo que la naturaleza es capaz de ofrecer.

—¿Te gustaría trabajar conmigo en mi invernadero? —inquiere de repente y yo asiento gustosa, porque esta es la oportunidad que tanto había estado esperando.

—Claro que si —digo colocandome de pie, pero de inmediato los dos hombres que me acompañan se colocan detrás mío—. Pero creo que tendremos compañía extra, espero que tenga varios pares de guantes —le digo pidiendo disculpas con la mirada y ella coloca sus ojos en blanco.

—Lamento mucho decir esto, pero mi invernadero es el único lugar de este palacio en donde están prohibidos los hombres —dice firme, mientras fulmina a los dos hombres con su mirada.

—Siento mucho contradecirla, su alteza —habla con respeto Mikael—. Pero las órdenes de señor Gabal Asod, fueron muy específicas. Jamás perder de vista a su señora esposa —aclara el hombre.

—¿Puedo saber el motivo? —inquiere Zaida caminando hacia el y luego se planta frente al enorme hombre el cual ella tiene que elevar su cabeza para poder mirar su cara.

ALLARIK  Libro #2 ADD ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora