Capítulo 45

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POV ZAHIRA

Permanezco sentada en la cama viendo televisión, mientras paso los canales con el mando a distancia en busca de distracción, pero no encuentro nada interesante en los programas que emiten y decido apagarlo.

Lanzo el control a uno de mis lados y me tiro de espaldas a la cama con los brazos abiertos, desde que Zaida me trajo he permanecido encerrada y no he podido ir a ningún lado a explorar las posibilidades de escape, por los dos orangutanes que vigilan la puerta de la habitación y me impiden salir.

Uno de los dos hombres que permanece resguardando la puerta, es ese tipo llamado Mahou, aquel que prometió buscar una solución para ayudarme y sacarme de esta horrible situación, pero hasta el momento no he visto que haga mucho esfuerzo por cumplirlo y hasta comienzo a pensar que fue un desvarío de mi mente la conversación que mantuve con él a causa de los restos del sedante que aún corría por mis venas.

Suspiro profundo al ver que mis posibilidades de salir de aquí son casi nulas y me frustra saber que de ahora en adelante mi vida será un infierno, será precisamente lo que nunca quise. Llena de sumisión, atada a un marido al cual voy a tener que obedecer por mi propio bien, estaré en una relación donde el amor está sobrevalorado y solo queda estar a merced de un hijo de perra al cual le he dejado de importar o por lo menos eso es lo que aparenta.

Pero para el vale más aparentar no tener sentimientos, que solo expresarlos y ser feliz por lo menos una vez en su vida.

A Allarik no lo llena nada, nada lo hace feliz por lo menos no de manera completa y piensa que al mostras sus sentimientos todos van a creer que es débil y tiene un lado frágil.

Todo esto de no haber tenido a su madre, que su padre lo haya ignorado toda su vida y según lo que he escuchado, que su tío Amón solo se hacía cargo de el para en un futuro poder librarse de sus responsabilidades como mandatario, me hacen deducir que de ahí proviene el enojo que impulsa su día a día. Pero siento que no es lo único... siento que hay algo más, ese algo que no lo deja ser feliz, aquello que no lo deja vivir en paz y hasta que no desaparezca de la faz de la tierra, el no podrá vivir una vida tranquila.

Por más que lo pienso, no logro entender que es aquello que impide que el pueda expresar sus sentimientos como la persona normal que es, no me cabe en la cabeza cual puede ser ese peso que no lo deja avanzar y en su lugar cada vez más lo llena de odio y amargura.

Me duele ver como día a día, cualquiera que sea esa situación, lo va consumiendo y poco a poco lo va convirtiendo en un monstruo, en un hombre irreconocible por la furia que irradia sus ojos y por más de que trate de buscar al hombre que conocí en Montecarlo, siento que ya no está... que simplemente se ha esfumado o sencillamente jamás existió y todo aquello que vivimos solo fue apariencias.

Me siento en la cama y abrazo mis rodillas en cuanto las coloco en mi pecho, para luego sumergirme más en mis pensamientos. Yo tampoco es que contribuya en buscar a ese hombre que me amó con locura, en su lugar solo me he empeñado en buscar una salida y hasta este momento, no me había detenido a pensar cuanto el me necesita.

Solo me había enfrascado en solucionar mis propios problemas y no me había puesto a pensar de que ahora no solo debo pensar en mi. Pero, ¿Cómo salvas a una persona que tal vez no quiere ser salvada? ¿Cómo te acercas a aquel ser que está tan roto y lo ayudas a volver a armar su corazón, si el mismo ha impuesto una barrera entre ambos?

Son cuestionamientos que a veces pienso que no tienen respuestas, pero a la vez siento que todo este tiempo han estado frente a mis narices y aún así no logro percibirlas.

Suspiro profundo y niego con mi cabeza, por más que lo ame no puedo sentirme culpable por todo lo que está ocurriendo, no fui yo quien hizo que todo esto se volviera un problema, no fui yo quien destrozó nuestra relación y ahora trata de recuperarla forzando las cosas.

ALLARIK  Libro #2 ADD ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora