Capítulo 66

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POV ALLARIK

Seis años después...

Han pasado seis largos años desde que Zahira partió y mi vida aún sigue sumida en la completa penumbra. Desde que ella se fue en mi alma solo hay lugar para el dolor y la soledad.

No ha sido fácil lidiar con las consecuencias de todo lo malo que mi madre y yo hicimos, repararlo ha sido difícil y mucho más recuperar la confianza de aquellos que me apoyaban. Entre esos mi tío Amón.

Hoy precisamente, se cumple la fecha en que lo perdí todo. Mi madre, a pesar de ser una persona mala que nunca me quiso. A mi esposa, que me amó con toda su alma y al final decidió lo mejor para ella. Y a nuestro hijo... el cual cumplo con todas las obligaciones que un padre debería cumplir —aunque no lo conozca— lo cual fue decisión mía, porque hasta que no enmiende cada error y me haga digno ante sus ojos. Hasta no limpiar el apellido que ahora ambos compartimos y en vez de causarle vergüenza, en su lugar lo haga sentir orgulloso llevarlo. No me presentaré ante él.

Escucho el crujir de la puerta del estudio al ser abierta y los pasos calmos que se acercan.

Sé quién es, y por tal motivo ni me inmuto en darme la vuelta para mirarlo. Por alguna extraña razón, mirar por el ventanal que solo muestra la gran extensión de tierra árida que rodea nuestro palacio, me reconforta, me tranquiliza en mis momentos más difíciles y me relaja de tal manera que me hace pensar con claridad.

—Allarik, vámonos. Ya es hora —escucho decir a mi tío Amón a mis espaldas y retengo el aire en mis pulmones.

Aún no me siento capaz de hacer lo que llevo posponiendo por años, pero es hora... hora de dejar ir el pasado, para forjar el nuevo camino hacia mi destino.

—Sé que no es fácil, dejar ir a quien amaste —coloca una de sus manos en mi hombro derecho y luego lo aprieta, como señal de afecto—. Pero ella nunca se mereció ese amor y debes dejar ir su recuerdo.

—No es fácil —confieso girandome para encararlo, mientras bebo todo el whisky que contenía el vaso del fino cristal, que sostenía en una de mis manos.

—Lo sé —admite él,  mirándome fijamente a mis ojos—. Pero ya ha sido mucho tiempo desde su muerte y si no la sueltas ahora, jamás podrás recuperar tu vida —agrega para hacerme entrar en razón.

Más que nadie soy sabedor de aquello y a pesar de que aquella mujer que por años fingió sentir algo por mi, no se merece ni una pizca de mi atención, se me hace imposible dejar de pensarla.

Debería odiarla por todo el daño que me hizo aún después de muerta, pero mi estupido corazón se rehúsa a sentir aquel amargo sentimiento que solo sumiria más mi alma, en la espesa oscuridad que ya se encuentra.

—¿No es muy temprano para beber? —me pregunta y en su tono de voz se nota que lo dice más como un regaño que como un cuestionamiento.

—Me doy valor —digo más para mi que para que el lo escuche.

—Pues deberías dejar de hacerlo —me dedica una mirada de desaprobación—. Eso lo único que hace es quemar las neuronas y nublar el buen juicio de la gente —agrega quitandome el vaso de las manos y luego lo coloca en el escritorio.

—¿Por qué solo no podemos colocarla en el mausoleo en donde reposan los restos de nuestros demás familiares? —pregunto aunque ya se la respuesta.

Seria menos doloroso para mi despedirme metiendo tus cenizas en una de las bóvedas, en vez de ver como aquel polvo al que fue reducido su cuerpo, se mezcla con la árida arena del inclemente desierto.

ALLARIK  Libro #2 ADD ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora