CAPÍTULO 5: Que bueno volverte a ver...

17 1 0
                                    

Aquel cuarto tomó forma mucho más rápido de lo que Alissa se hubiera imaginado, había sido una buena decisión pues ni había notado que su hermana estaba invadida por pinturas, pinceles, cuadernos y cuadros ya sean en progreso o finalizados. Alice dormía, básicamente, en un depósito de arte; pero usando aquella habitación como taller las cosas finalmente tomaron un orden correcto.
Al día siguiente del cumpleaños, durante el desayuno, Alissa no quiso perder tiempo en comentarle a su hermana de la beca. Podría pensar al respecto durante el día y a la noche volverían a hablar del tema.
Alice se quedó mirando a su hermana mayor muy atentamente luego de escucharla decir que podría intentar aplicar para aquella beca en la institución de arte más cara de Londres. Se preguntaba si acaso estaba perdiendo el juicio lentamente o si es que pensaba que ella tenía mucho más talento del que realmente tenía pero lo cierto es que ciertamente, Alice contaba con un talento maravilloso el cual lo único que hacía era crecer.
Desde jardín de infantes se entusiasmaba con las clases de pintura, vivía pidiendo cuadernos y lápices cuando sabía que venía su cumpleaños y para su fortuna, sus padres complacían sus deseos. A los trece comenzó las clases con la señora Dugle, pero desde los diez que había comenzado a practicar en su casa por ella misma gracias a videos posteados en redes sociales o youtube y veía frutos realmente. Había mejorado mucho su técnica para hacer retratos a lápiz, y con la señora Dugle aprendió a amar el óleo y ahora no deseaba otra cosa que perfeccionarse en ello, siempre buscando algo nuevo, siempre pendiente de sus debilidades o errores.
Era consciente de lo mucho que amaba el arte, de que le gustaría mucho vivir de hacer eso que tanto amaba y de que tenía cierto talento; pero dudaba de estar a la altura de semejante institución. Conocía la Royal Hattaway, había buscado información académica respecto al arte soñando con quizás poder estudiar lo que amaba, pero durante los años que estuvo viviendo sola con su hermana, maduró tan de repente que ahora en su cabeza aquello no era una posibilidad o un sueño por cumplir, sino que era más bien una fantasía. Acarrear esa carrera costaba mucho y había visto los números que manejaba esa universidad tanto como los de otras y sin duda alguna, la Royal Hattaway debía de estar invadida por jóvenes de abundante billetera. Ella no era uno de ellos y su realidad era otra: si estudiaba algo, debía de haberlo pensando en él futuro y en uno que le dejase ganancias.
Ahora Alissa salía con aquello de la beca, genial era algo magnífico, pero no dejaba de pensar si es que funcionaria. Pará empezar, una beca total era imposible de conseguir y aunque pudiera conseguirla, ¿Tenía ella lo necesario? Inseguridades sobraban, era una adolescente como cualquier otra y no tenía del todo claro si podría con todo, a decir verdad, creía que no llegaría rendir lo que dicha institución requería.
Habló de ello con su hermana pero ésta parecía mucho más entusiasmada y optimista que ella, no veía chance de fracaso y aunque no pensaba lo mismo, en algo Alice debía de estar de acuerdo con su hermana y es que con intentar, no perdía absolutamente nada.


                                                  •• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

Costó un poco más de lo que había pensado, pero finalmente Alice se decidió por hacer la prueba y le confirmo de que intentaría calificar para la beca. Esto fue también gracias a la señora Dugle y Finn, así como el entusiasmo de Alissa puesto que todos la animaban a intentarlo. El dieciséis de noviembre finalizaba el tiempo de admisión a las solicitudes y fueron días eternos de tensión para Alice sin contar de que se la pasaba la mayor parte del día encerrada en su taller. El día que le entregó el sobre con los requisitos a la señora Dugle, que se había ofrecido a enviarlo por ella con mucho gusto, fue el día en que finalmente algo había desaparecido de su espalda: la enorme mochila de nervios y presión ya no pesaba como antes pues ahora solo quedaba esperar alguna respuesta.

-No importa lo que pase, sabes que tienes talento... - le aseguró Alissa del otro lado de la mesa. Era el día libre en su trabajo y había invitado a su hermana a merendar fuera de la casa como forma de celebración. Había dado un enorme paso y quería comenzar el trabajo de consuelo en caso de no obtener una respuesta favorable. Tenía mucha seguridad de que su hermana valía mucho aquella beca y que no aceptarla sería estúpido, pero no quería dejar de lado las chances de no lograrlo pues era una universidad muy prestigiosa y sabia que debía de darle ánimos siempre, con cuidado para no desanimarla, recordándole que podría tener miles de oportunidades más aunque no sea en esa escuela.
Alice miraba su taza con chocolate caliente pensando, una y otra vez, repasando las palabras de su solicitud y del trabajo que había enviado como le pedían. Al levantar la vista le sintió a su hermana con más ánimo, de verdad quería dejar de pensar en eso un momento, aunque ya no lo hacía como antes pues sabía que ya estaba hecho: sólo quedaba esperar.

SIN NOMBRES (La acompañante) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora