CAPÍTULO 28: La noche de la subasta

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Cuando le regresó a Pete el estuche de Graff, éste lo abrió como para asegurarse de que el reloj siguiera allí y efectivamente allí estaba, lo cual le sorprendió un poco. Cuando Marco le contó que ella lo rechazó asegurándole de que no lo quería porque no se sentía cómoda, no pudo evitar reír y luego de un trago a su copa, le comentó de que aquello sí que era algo que le costara creer. "No creo haber conocido jamás una mujer que no se sintiera cómoda usando joyería" le dijo Pete todavía divertido y Marco asintió, le dijo que sin embargo, tampoco creía que estuviera mintiendo y hasta casi sintió que la había ofendido al querer hacerle aquel obsequio.
Por eso, le pidió que regresara el reloj y buscara algo adecuado y sutil, mucho menos costoso para la noche del sábado, que sería cuando volvería a verla para la subasta.
Pete guardó el reloj en su portafolios y luego le preguntó si es que a pesar de eso, había tenido una buena cita y Marco que estaba por tomar agua, le sonrió y sólo asintió. No hacía falta decir más, no se contaban todo con lujo de detalle tampoco, Pete tenía sobre él cierta imagen paternal y si bien había confidencias, nunca tan profundas en su privacidad. Cat había sido tanto una fiera como una gatita sumisa en sus manos y todo lo que habían hecho reaparecía en su cabeza cada tanto. La forma en que se abrazaba a su espalda y su respiración entrecortada, su sudor, su olor, su calor que no dejaba de aumentar, la forma en que sentía su pene dentro de ella y lo fácil que la movía para cambiar de posición. Recordó fugazmente el latido de su corazón. Estaban arrodillados en la cama, él detrás de ella masajeando sus pechos mientras ambos se movían despacio y cuando bajó una mano para tocarla mientras la penetrarla dejó la  otra reposada en el puente de su pecho y se concentró en la forma en que su corazón latía bajo su mano. Quedó hipnotizado con el ritmo y sin darse cuenta cada vez se lo hacía más rápido, haciendo que a su vez ese latido acelerara, fue una especie de trance del cual logró salir con un grito de ella que explotaba de gozo, cayendo hacia adelante  para quedar apoyada en sus manos y rodillas. No se detuvo, la tomó de la cintura y continuó hasta acabar, sin quitarse de la cabeza ese latido.
La noche había sido un éxito y eso era lo único que tenía para decir al respecto. Continuó el almuerzo desviando el tema de conversación y procuró no pensar más en ella, al menos no cuando no la tenía cerca para saciar sus ganas.
Aquella noche la llamó cerca de las nueve. Estaba cenando y quería avisarle de la subasta. Atendió en el segundo sonar y le pareció escuchar que cerraba una puerta. Le dijo que debería de ir con él a un evento la noche del sábado y que se verían en el lobby del Principal Tower para llegar juntos al lugar. Le indicó la hora, ella le aseguró que sería puntual y antes de despedirse, Marco le dijo que se comunicarían con ella desde la KKT para coordinar unos detalles de los cuales ni ella preguntó ni él le comentó. Luego tan sólo le dijo que la vería el sábado y colgaron. Ali fue hasta su cama donde su teléfono personal esperaba con una llamada de Shawty en espera y pensó en que aquella llamada había sido extremadamente laboral teniendo en cuenta lo que habían estado haciendo. Pero le pareció bien, no se sintió de ninguna forma con ello y regresó a su plática con Shawty que moría de ganas de saber detalles que Ali obviamente no le daría. Su mejor amiga estaba con los preparativos de su regreso a París y no había podido ir a verla para platicar personalmente, pero a esa hora del día tenían tiempo para una relajada llamada.
En la cocina Alice calentaba la cena, pero aún así había procurado cerrar la puerta cuando Bruce la había llamado y también se fijó de hablar un poco más bajo de lo normal.

-No puedo creer que sólo me digas que "estuvo bien" o que "la pasaste bien" -le recriminó Shawty que revisaba algunos cajones viendo si agregaba algo a su maleta- No es aceptable, pasaste la noche con un hombre luego de mucho y qué hombre, tú lo dijiste, es como sacado de un comercial sexy asique puedo imaginarlo. ¿Era él quien te llamó, verdad? ¿Qué dijo?

-Si, era él... El sábado tengo que acompañarlo a un evento.

-¿Un evento sexual?

-¿Qué? No, claro que no... ¿Qué, hacen eso algunos clientes? -preguntó Ali de repente preocupada. "Bueno, he sabido de algunas historias... " le dijo su amiga sin bromear pero aún así pudo relajarse- No, para nada, él no lo haría. Además, no estaba en el contrato.

SIN NOMBRES (La acompañante) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora