Alissa observaba a Gordo dormir sobre la almohada junto a la estufa y pensaba en lo agradable que debía de ser ser un gato. Tenía casa, comida y más de cinco lugares donde recostarse a dormir siestas, que por cierto, tomaba varias veces al día sin que nada ni nadie lo molestara. Es más, si lo interrumpían era sólo para acariciarlo, o mejor aún, darle de comer. No había problemas económicos ni sentimentales, Gordo era un gato amado al cual le brindaban todo sin que tuviera que demostrar nada ni dar nada a cambio.
Alissa adoraría ser un gato, no tener preocupaciones ni miedos, vivir el día a día como si el mañana no importara y la muerte jamás llegara. Pero le había tocado ser humana, con todo lo que eso implicaba y hasta se atrevía a pensar que con algunas cargas y preocupaciones más de las que debería de tener en esa vida. No tenía idea de cómo funcionaba todo, pero de estar alguien o algo a cargo de la repartición de vidas, y de encontrarse con ese alguien o algo, procuraría joderle la vida aunque se le fuera el alma en ello.
Se encontraba recostada en su cama, mirando dormir a Gordo cuando escuchó que Alice llegaba a la casa acompañada de Finn. Los adolescentes subieron las escaleras sonriendo ampliamente y golpearon a su puerta para saludarla. Alice había asistido aquella tarde a una reunión de presentación y orientación universitaria en la Royal Hattaway a la cual ya había dado el pago de la primer cuota.
El día anterior Verónica se había comunicado con ella por teléfono y le dijo que milagrosamente, había conseguido una entrevista con un cliente. Fue algo abrumador, no se lo había esperado en absoluto, pero ya era un hecho. La entrevista se daría en la agencia KKT a las cuatro de la tarde, lo que le daba tiempo de salir de su trabajo, cambiarse y correr a la agencia. Eso significaba plata fácil y en buena cantidad para los estudios de Alice y no podía dejar pasar la chance, pero luego de colgar con Verónica, el miedo y la vergüenza la invadió, y como hacía tiempo no lo hacía, cayó deprimida en su cama con temor a afrontar sus decisiones.
Finn y Alice le contaron brevemente cómo fue la reunión y la gente que había en ella, su hermana estaba en éxtasis por comenzar las clases en esa institución y Finn hablaba de los muchos artistas que habían logrado enormes cosas gracias a las oportunidades que la Royal Hattaway les daba. Procuró mostrarse entusiasmada y curiosa, pero no fue suficiente y su hermana le pregunto si es que acaso ocurría algo malo a lo que le respondió que sólo era un leve dolor de cabeza que la traía mal desde la mañana en el café. Alice le dijo que descansara ya que ella y Finn se encargarían de la cena y esa vez, Alissa ni siquiera insistió en ayudar. Los jovencitos salieron de la habitación y la dejaron nuevamente sola con Gordo, que despierto de su siesta, se subió a la cama en busca de caricias de su dueña.
Su teléfono comenzó a sonar en algún lado de la habitación, dio una mirada panorámica a su alrededor y encontró su cartera en una esquina del escritorio, dentro de la cual reposaba su teléfono olvidado desde que había llegado a la casa. Tuvo que apartar al gato y salir de su cama que tan cálida era en esos momentos para poder llegar hasta el y se preguntó cómo era que insistían en llamar tanto con lo mucho que estaba tardando a propósito. Al ver que era su mejor amiga, comprendió el entusiasmo.-¡No puedo creer que no me contaras de inmediato! -le dijo cuando respondió a su segundo llamado- Estuve hablando con Verónica y fue ella quien tuvo que decirme que conseguiste una cita.
-Todavía no es seguro, tengo la entrevista mañana...
-Oh, no estas contenta -confirmó Shawty al escucharla y dejó lo que estaba haciendo en su cocina para ir hasta el sofá de la sala y escuchar con más atención a su amiga- Pensé que lo estarías, más cuando Verónica me dijo que era un hombre muy muy adinerado, el mejor cliente que tiene.
-Pues no me dijo eso, pero aún así no logro entusiasmarme -le respondió Alissa regresando a la cama en donde se quedó sentada y con las mantas hasta la cintura. -La cabeza no deja de darme vueltas, no puedo evitar pensar que lo que estoy por hacer es algo que me perseguirá por siempre. No puedo negarlo, me da mucha curiosidad, de verdad pero como la parte despreocupada y relajada me dice que es todo seguro y que no es la gran cosa en realidad ya que estamos hablando de relaciones meramente físicas, también tengo a mi otra parte gritando de vergüenza y preocupaciones.
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SIN NOMBRES (La acompañante) +18
RomantikUna posibilidad única para la persona más importante de su vida, una agencia con algunos secretos bien guardados y un hombre dispuesto a proteger su privacidad al máximo. Alissa decide jugar duro siendo otra persona por completo para así conseguir l...