CAPÍTULO 44: Fin del contrato

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En cuanto llegó a su casa, Alissa procuró no hacer ruido sabiendo que Alice estaría por despertar en cuestión de minutos y luego de una ducha fugaz, se metió a la cama e intentó conciliar el sueño pero no podía. Estaba cansada y la cabeza le palpitaba, no podía quitarse de su mente lo tontos que habían sido los dos y dudaba en verlo otra vez. ¿Cómo quedaría todo eso? ¿Qué se suponía que debía de pensar? Bruce siempre había sido cuidadoso en todos los aspectos, aquella vez parecía como si hubiera perdido noción de todo, al igual que ella, movido por el cuerpo y las ganas infernales que tenían por estar con el otro. Y luego se comportaba de la forma más desconsiderada y repugnante, simplemente echándola así como así sin decir nada más. La había despedido de una forma hiriente y fría, al menos se había imaginado que le preguntaría si estaba bien y en su lugar sólo la miró como si de un objeto se tratara que había usado y desechado. Realmente había sido una tonta si se imaginaba que él la veía de alguna forma distinta a lo que era: su puta.
La confusión y la angustia habían dado paso a la furia y el rencor en el camino hasta su casa y había deseado ni siquiera usar ese maldito auto de no ser porque deseaba llegar de inmediato a la privacidad de su hogar en donde escaparía de todo y no volvería jamás a tener contacto humano más que con su hermana. Cobraría su sueldo por ese maldito trabajo y se borraría del mapa, acabaría con todo lo que había hecho la estúpida Cat, incluso con esos sentimientos que había alimentado respecto a Bruce.
La claridad de la mañana no parecía querer aparecer, Londres amanecía como era costumbre en esas fecha, con neblina y sin sol, con lluvia y el ánimo de Alissa acompañaba al clima de manera excepcional. Escuchó la alarma de su hermana y minutos después, como se levantaba para ir hasta el baño. Alice pasó por su puerta y la abrió levemente para saber si ya había llegado y si estaba dormida, al verla de espaldas en la cama, supuso que lo estaba y la dejó seguir descansando lo cual Alissa agradeció en silencio comenzando a sentir las lágrimas en sus ojos. Su hermana desayunó en la cocina revisando sus redes sociales y en poco más de media hora escuchó la bocina del auto de Finn que pasaba a buscarla. Los pasos en la cocina, en la sala y luego el ruido de la puerta al abrir. La puerta al cerrar, las llaves y estaba sola finalmente. Podía usar ese tiempo para descansar pero no lo hizo, en su lugar permaneció viendo el cielo raso por largos minutos repasando su noche y mañana junto a Bruce para luego salir en buscar de su celular y así dejarle un mensaje a su mejor amiga. Shawty la llamó en cuanto vio el mensaje camino a la panadería. Habían hablado el día de noche buena, cuando ya habían cenado y se disponían a dormir, Alissa moría de ganas por saber cómo habían salido las cosas con sus padres y aunque Shawty no se había equivocado al decir que sus padres amarían a Alain, lo cierto es que la noche había contado con ciertas tenciones por diferencia de pensamientos respecto a lo que el futuro se trataba. Los padres de Shawty querían que ella se casara pronto y lo cierto es que ni ella ni Alain querían apurar el proceso que los llevaría al altar. Ya estaban comprometidos y ambos sabían que su boda sería uno de los momentos más añorados en sus vidas, pero no pretendían poner fecha de inmediato aunque de cierto modo, Alain lo haría sin dudarlo, pero estaba respetando y estaba seguro de su novia que le había pedido hacer todo con calma pues quería que todo fuera ideal para los dos y lo cierto era que en esos momentos, el trabajo era una de las prioridades que ambos tenían. Lo mismo ocurría con el tema de tener familia, ninguno de los dos estaba seguro de ser padres y lo pensaban "dejar ser", sin presiones por parte de ambos y era maravilloso para ellos coincidir con algo tan importante, el hecho de que ninguno de los dos pensara en bebes todavía les generaba una enorme felicidad y no ocupaba espacio en sus cabezas pero para los padres de Shawty el decir "nos comprometimos" era como decir que ya estaban planeando tener tres niños, una casa en un barrio tranquilo y dos perros, quizás un gato también. Fuera de eso, todo había salido bastante bien, sobre todo esas conversaciones en las que su padre se lucía para incomodar al novio y fue divertido para Shawty ver como Alain esquivaba las balas y en su lugar, los conquistaba a ambos por igual.
Alissa y Shawty habían platicado ese día por horas pero esa mañana a su amiga le hubiera gustado permanecer más al teléfono de no ser porque  estaba con el tiempo justo. Debían desayunar con Alain y salir cada uno al trabajo, asique Ali fingió que estaba todo bien y que tan sólo la llamaba para saber de ella como siempre, le dijo que le marcara en cuanto tuviera tiempo y se despidió apresurada rogando de que no hubiera notado la depresión que la comenzaba a consumir lentamente. Luego de colgar la llamada con Shawty dejó el teléfono celular en silencio sobre la mesa de luz, no le interesaba absolutamente nada ni nadie que la pudiera necesitar en esos momentos, necesitaba estar sola y procurar aclarar su mente, calmar su corazón y su enojo. Necesitaba gritar, pero también necesitaba llorar y como era su costumbre cuando algo la lastimaba, Alissa no hizo ni una cosa ni la otra, y se acostó a dormir por horas sin una alarma establecida.
Marco, por su parte, luego de que Cat se marchara en silencio del departamento se metió a la ducha en donde la cabeza comenzó a darle vueltas sobre todo lo ocurrido y así empezó su tortura. Había sido un estúpido en más de una ocasión, había cometido error tras error con ella y estaba ahora dándose cuenta de que algo estaba mal. Había estado necesitando de ella más de lo que hubiera necesitado de otras ¿Por qué no le bastaba con sólo unas horas por noche? ¿Por qué aunque hubieran estado juntos en su cama, le gustaba seguir teniéndola cerca? No sentía nada por ella, lo sabía muy bien, tendría que haberse dado cuenta en algún momento y sin embargo... ¿Qué le pasaba con Cat? Ese descontrol no podía ser aceptado, había perdido la cabeza teniéndola a su lado aquella mañana, no estaba pensando más que en sentirla cerca y escucharla disfrutar ese momento como él, pensaba en su voz, en su piel, en su humedad y sus besos, nada más que en lo que tenían debido al contrato y sin embargo ahí estaba siendo un inconsciente que no utilizaba protección.
Había sido un idiota, pero también había sido un idiota en como la trató cuando salió de la habitación. Podría haberle dicho algo, podría haberse disculpado por no pensar en ella en ese momento y no decirle que se vaya así como así, en un desesperado impulso de retomar el control de cliente y acompañante como siempre había mantenido. Luego de la ducha pensó en llamarla, pero prefirió dejarla en paz un momento, seguramente estaría furiosa y la entendía perfectamente, había sido un idiota con ella y mejor sería disculparse luego de que el remolino de emociones en ambos se marchara. Intentó ocupar su cabeza en otra cosa, pero era imposible no regresar a Cat. Todo el tiempo Cat, en cada rincón de su cabeza estaba ella y lo que acababa de ocurrir. Deseaba reconciliarse con ella de inmediato y sin embargo la fecha en el calendario parecía preguntarle "¿De qué estás hablando? Ya terminan tus vacaciones, ya finaliza su turno" y era cierto: el final de diciembre estaba cerca y con él, el cierre de contrato.
Pero Marco no quería. Se puso uno de sus trajes que solía utilizar sin corbata y pidió a Johna que pasara a recogerlo mientras se tomaba un café cortado. Poirot estaba inquieto asique había decidió llevarlo consigo a la empresa, seguramente allí lo encontraría a Pete y podrían hablar tranquilos. En menos de quince minutos, su chofer estaba esperando por él fuera del edificio y salió deprisa junto a su cachorro que deseaba tomar aire fresco aunque afuera todavía lloviera.

SIN NOMBRES (La acompañante) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora