CAPÍTULO 17: La historia con Gustav

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El impacto del shot de tequila contra la madera de roble vieja a las seis menos cuarto de la tarde de un viernes, hizo reír al hombre que detrás de la barra, observaba divertido como Alissa se había armado de valor para beberlo. Al lado de la joven recién llegada que sin dudarlo, cargada de cierta adrenalina le pidió un tequila, estaba una joven y bellísima mujer que miraba al igual que el cantinero, con divertida sonrisa a su mejor amiga.
Shawty se había encontrado con Ali en la entrada del bar, la había estado esperando a penas diez minutos ya que no quedaba lejos de la agencia y notó que habría mucho de que hablar cuando su amiga pasó a su lado y la tomó del brazo para arrastrarla con ella a la barra donde sin pensarlo, se pidió algo muy fuerte para beber.
El gesto en el rostro de Ali después del shot era lo mejor; sin duda alguna se había olvidado de lo que era beber alcohol y sobre todo algo tan poderoso como aquello, pero aún así aquello era justo lo que necesitaba para bajar sus emociones y concentrarse en el ardor de su garganta más que en todo lo que posaba dentro de su cabeza en esos momentos. Shawty le dio su espacio: la observó pedirlo y observó como el bartender lo servía, sonrió un poco cuando ya listo, Ali lo sostuvo en su mano y tomó una bocanada de aire como si fuera una buena bocanada de valentía y luego, mientras su amiga tragaba el tequila, compartió con el bartender una risa como de festejo.

-¿Adelantando un poco la noche? -preguntó el hombre quitando el shot vacío, acostumbrado a ver el lugar lleno de bebedores a eso de las siete.

-Más bien quitando tensiones -respondió Alissa sintiendo de a poco, menos ardor en su garganta- ¿Puede ser un Tom Collins?

-¡Pero por supuesto!

-Que sean dos, por favor -le dijo Shawty a la vez que tomaba a su amiga por los hombros guiándola a uno de los boxes contra la pared decorada de vinilos y fotografías de viejos festivales de música. El bar tenía pocas mesas ocupadas, la música se escuchaba ambientando a la perfección todo el lugar y las luces eran cálidas, la buena calefacción de allí dentro les permitió quitarse los abrigos a penas se sentaron en el sillón y mientras esperaban sus tragos, ambas sabían que no perderían el tiempo- Cuéntame todo con lujo de detalle y sé muy sincera.

-Shawty, creo que voy a enloquecer -le dijo Ali reposando su cabeza sobre sus manos, casi cayendo sobre la mesa- No hay chance de que esto sea real, no puede estar pasándome esto.

-¿Pero qué pasó? ¿Era muy horrible, muy viejo... ? ¡O peor aún! ¿Lo conocías?

-No, nada de eso, es todo lo contrario a lo que estuve imaginando todo este tiempo -dijo al fin, haciendo que su mejor amiga se intrigara aún más. Le explicó que al llegar pasó directamente a la sala de juntas donde la habían citado y que estuvo esperando unos minutos hasta que apareció Marco en escena- Deberías de verlo, parece que fuera él el modelo... -le dijo a la vez que reposaba su cabeza sobre la mesa, todavía aturdida por todo lo que había pasado- Verónica no me dijo jamás que era un hombre tan joven y guapo, tan educado y sexy, de verdad atractivo. No te gustaría, no tiene la fachada de héroe de guerra, pero sí que dirás que es lindo.

-¿Estas de broma? -preguntó Shawty riendo casi a carcajadas, aplaudiendo de la emoción y luego de inmediato apresuró a Ali para que le contara todo de una buena vez.

Regresando sobre sus pasos, Ali le contó vagamente sobre lo que habían hablado y sobre la ausencia de Verónica en el encuentro. No quiso entrar mucho en detalles respecto a la plática ya que de hacerlo, acabaría contándole sobre la pregunta que casi la hace caer de su silla cuando la escuchó. En el momento que Marco le pregunto si ella estaba dispuesta a tener sexo con él, Ali sintió que sus piernas podrían haber flaqueado de haber estado de pie y un calor nació en su interior recorriendo su estómago, manos y cuello, estaba segura de que su cara era un tomate bien maduro cuando luego de un silencio en el cual ni siquiera parpadeó, abrió apenas su boca para dar un muy tímido "si". ¿Cómo reaccionar ante eso? ¿Era una pregunta que había escuchado en su vida? Definitivamente jamás hecha de ese modo.
El primer novio de Alissa había sido un compañero de curso por el cual jamás había sentido nada hasta que la invitó a una fiesta junto con otras amigas. Dani era algo callado y parecía un tanto caprichoso, pero era más bien la idea que Alissa se había figurado de él junto a su grupo. Luego de esa fiesta Dani y ella comenzaron a salir, pero no fueron más que besos y largos abrazos bajo un árbol, pues aunque su madre pensó siempre lo contrario, con Dani no había tenido su primera vez. El muchacho con el que Ali tuvo relaciones por primera vez se llamaba Glen y era su compañero de voluntariado, una iniciativa de la iglesia a la que asistía su madre y en la cual su madre la inscribió sin siquiera consultarle: aquel verano tuvo que estar ayudando en ferias, remates y también en un comedor para beneficencia. Si bien le gustaba la idea de estar siendo útil en la ayuda a personas necesitadas, aborrecía por completo a la señora Chaing que dirigía todos esos eventos los cuales recién se hicieron interesantes cuando apareció el hijo de ésta para sumarse en las campañas. Con el verano y las hormonas adolescentes en pleno auge, Alissa aprovechó cada oportunidad que tuvo de estar a solas con Glen y sus salidas por un helado o al cine después de los voluntariados, se comenzaron a extender de a poco.
Un domingo después de misa, mientras todo el mundo se divertía con el show de una banda local, los puestos de comidas y los juegos de competencia; los dos jovencitos se escaparon a la casa de los Chaing donde Alissa tuvo sexo por primera vez. Ali recuerda que en esos momentos, pensó que todo el mundo hacía demasiado escándalo por algo que la verdad, no era para nada sobresaliente. Claro que luego de meses saliendo con Glen, descubrió que todo eso de acostarse y tocarse con su novio, no era muy emocionante para ella debido a que Glen no era precisamente un buen amante. Pero estuvo bien mientras duró, después de todo los dos eran simples adolescentes aprendiendo juntos y Glen fue muy bueno con ella al momento de terminar la relación porque "no quería mentirle y comenzaba a sentir cosas por alguien más". La verdad era que ya había comenzado a verse con una chica dos años menor, pero no fue el fin del mundo para nadie y así Alissa pasó sola un año hasta toparse con Charles.
A Charles lo había conocido en su curso de manejo que jamás terminó y salieron durante siete meses, relación que terminó cuando Charles consiguió una beca en el extranjero. Ali pensó que no podría con una relación a distancia, no quería lidiar con ello estando en plena crisis familiar pues ella hacia poco había acabado la escuela y su padre acababa de fallecer, lo cual hizo que todo cambiara en sus vidas. Al poco tiempo, quizás unos seis o ocho meses después, conoció a quien ella había considerado el amor de su vida: Gustav.
Gustav había entrado a la tienda de ropa donde ella trabajaba buscando un obsequio para su hermana y fue Ali quien lo atendió con toda su paciencia y amabilidad. Gustav era un chico muy guapo, dos años mayor, estaba en la universidad y trabajaba con su padre cuando sus horarios se lo permitían. Tenía el cabello castaño y ojos color ámbar, labios carnosos y orejas pequeñas, le gustaba tanto quedarse leyendo o investigando sobre historia que tenía ojeras casi imposibles de ocultar, era simpático con todo el mundo aunque se destacaba enormemente con los adultos mayores a los cuales se les quedaba hablando en los parques o en filas que hacían como las del supermercado, el parque de diversiones o el cine. Era alérgico a casi todo, pero soportaba muy bien la presencia de Gordo en la casa y preparaba un apple pie exquisito, aunque sólo le gustaba prepararlo en ocasiones especiales pues no le gustaba cocinar.
Luego de comprar aquel obsequio para su hermana, Gustav regresó a la tienda y fingió estar buscando algo para su tía, pero esta vez Ali no podía atenderlo ya que estaba ocupada con otra persona. Luego de dar vueltas con la chica que lo estaba atendiendo y de no lograr siquiera saludar de lejos a Ali, simplemente le dijo la verdad a la vendedora y le explicó que lo que él necesitaba, era hablar con su compañera de trabajo porque deseaba saber si no quería salir por un trago o un café al salir de allí. Algo malhumorada, la joven se acercó a Ali y la interrumpió para intercambiar de cliente y finalmente Gustav pudo hablar con ella por primera vez, sin ser un simple cliente. Ali aceptó esa invitación porque le parecía muy guapo, pero también porque necesitaba distraerse y salir más de la casa; luego de la pérdida de su padre, Ali se había internado en una rutina bastante decadente que asentaba un vacío enorme cuando llegaba de trabajar y veía a su madre siempre taciturna, siempre ausente.
Luego de aquella tarde juntos, comenzaron a hablar por mensajes casi a toda hora y cada que tenía oportunidad, Gustav pasaba a verla. Si bien se la pasaba estudiando gran parte del tiempo, no dejaba de ser atento y buscar oportunidad de salir a algún lado. Tuvieron su primer beso en la función estreno de "La La Land" durante la escena del planetario, justo en el preciso momento que Sebastian y Mia se besan luego de un fascinante número musical. Para Ali nada podía ser más perfecto y como siempre ocurre cuando te enamoras, piensas que todo finalmente se acomoda y que puedes con todo, porque eres feliz. Su relación con Gustav fue madura y muy tranquila, congeniaban perfectamente y aunque había semanas en las que la universidad absorbía la vida de él, no había receso que no pasara con ella. Cuando a Gustav le quedaba tan sólo los exámenes finales para ser historiador y había llegado el medio receso de verano, llegó a la casa de Ali con una propuesta: irse a vivir juntos. Teniendo un puesto en la universidad prácticamente asegurado gracias a su padre, y con una vieja casita de verano a las afuera de la ciudad que había pertenecido a su abuela, Gustav estaba entusiasmado con la idea de dar un paso más en la relación y aunque a Alissa la idea la tomó por sorpresa, no le negó que estaba tan entusiasmada como él con la idea de comenzar formalmente una vida juntos.
Habían comenzado con los planes de remodelación en la casita de la abuela de Gustav, Ali había comenzado a ahorrar y Gustav preparaba sus finales casi sintiendo el puesto como parte del equipo de investigación histórica de la universidad. Quizás en un comienzo sería un simple asistente, nada sobresaliente, pero muchos profesores le tenían fe. Y ustedes se preguntarán, seguramente, ¿Cómo es que una relación tan sana y prometedora se fue al demonio? Pues Ali estaba soltera y no sabía de Gustav nada hace ya tiempo. Bueno, pues lo que ocurrió fue la borrada del mapa que su madre hizo.
Pocos meses después de ese receso de verano, su madre dejó la casa de un día para el otro y como ya sabrán, toda la vida de Ali dio un giro inesperado. De inmediato supo que no podría dejar a Alice, era menor, era su hermana pequeña y todo lo que tenía, amaba a su hermana con todo su corazón y pensó que Gustav, tan perfecto como era, lo entendería y aceptaría el hecho de que o se mudaban con Alice o continuaban al menos un tiempo más viviendo cada uno por su lado como hasta entonces. Para sorpresa de Ali, cuando puso al tanto a su novio de todo lo que había ocurrido, más que apenado por ella, parecía desilusionado porque sus planes se habían atrasado. A la semana de que su madre huyera, hubieron ciertos problemas con Alice como escapadas de la escuela o desinterés en seguir las clases o hacer los exámenes por lo cual Alissa debió de estar más sobre su hermana menor, hablando con profesores y directivos, que sabiendo lo buena alumna que era Alice, comprendían que todo aquello era simplemente  producto de la angustia.
Realmente Alissa pensó que podría con todo aquello con un poco de paciencia, su hermana no era de las chicas problemáticas y dudaba mucho que se convirtiera en una en esos momentos aún estando pasando por tanto. Sin embargo, al parecer, Gustav no opinaba lo mismo y discutieron fuertemente por teléfono cuando éste le insinuó que jamás podrían vivir en paz si su hermana comenzaba a hacerse una chica difícil. Según Gustav, estaba claro que no estaba en condiciones de hacerse cargo de su hermana menor teniendo ella tanto por delante y tantos planes juntos. Básicamente, Alice era una piedra en el zapato para él y Alissa no pensaba tolerarlo.
Terminar con Gustav fue muy duro, sobre todo de la forma en que lo había hecho. Sus últimas llamadas fueron  por la madrugada y sólo se hacían para acabar discutiendo porque ambos tenían dos formas de ver las cosas totalmente distintas y no llegaban a ningún lado, él no quiso escapar ni un día del campus para hablarlo con ella en persona y ella no tenía tiempo de ir a buscarlo tampoco. Sabiendo lo que Gustav pensaba sobre todo eso de hacerse cargo de su hermana, y conociéndolo tan bien, sabía de que no dejaría de lado sus ideas por lo que aquello significaba el final. Alissa le dijo que era mejor terminar, que no funcionaría después de todo como ella soñaba y que no necesitaba otro problema y más dolor en esos momentos, sino que precisaba más que nunca de un compañero y un apoyo, el cual estaba claro que él no estaba dispuesto a darle. Después de aquella última llamada, Alissa se imaginó miles de escenarios en los cuales su noviazgo no finalizaba de esa forma, sino que todo se solucionaba y que Gustav no se rendiría tan fácilmente, que la buscaría y le aseguraría su calor, su amor y soporte en todo aquello... pero sólo quedaron en fantasías y acabó borrando todo registro de él en su vida cuando entendió de que no quería volver por ella.
Ya había pasado poco más de dos años de su ruptura y estaba bien aunque en su momento no se dio mucho tiempo para un "luto" sentimental por así decirlo. Tenía tanto que hacer y pensar que lo que había ocurrido con Gustav era algo más en la lista de las cosas que no la dejaban dormir. Viendo hacia atrás, Ali reconoció que había hecho bien y que todo el amor que había sentido por él parecía ahora algo que sintió alguien más, como si fuera un corazón ajeno el que se había roto. Le pareció increíble estar en esos momentos emocionada por la descabellada aventura que estaba por comenzar con un completo desconocido.

SIN NOMBRES (La acompañante) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora