"Yo Soy Harry, El Feo" L.S A.U

Capítulo 9

En la recepción, todo el cuartel se reunió para ir juntos a almorzar.

— ¿Ya estamos todos? —Jade preguntó mientras terminaba de retocar su maquillaje.

— No, falta Olivia, se quedó esperando al exmarido porque disque le va a traer dinero hoy. —Tom le informó al grupo que ya casi estaba listo.

— Ay, no, pues se va a tener que quedar esperándolo toda la vida. —Jade volvió a hablar mientras guardaba sus cosas. —Oye, Harry, ¿y tú cómo seguiste?

— Mucho mejor, gracias.

— ¿Vas a venir a almorzar con nosotros, mijo? —La mayor de todos le dio una amable sonrisa.

Harry asintió con suavidad, y segundos después una pelirroja bastante furiosa salió del ascensor para encontrarse con un hombre de lentes, traje y el cabello algo blanco. Lo que comenzó con una simple entrega de dinero, se empezó a convertir en una paleta de expareja. El resto del cuartel decidió hacerse a un lado, dejando que la pareja resolviera sus problemas.

— No te preocupes, Harry, siempre es lo mismo. —Habló Carter con una pequeña sonrisa avergonzada.

Una vez que el hombre se fue, Olivia estaba a punto de ponerse a llorar, pero Gali fue corriendo a abrazar a la pelirroja.

— Tranquilízate, mi amor, vamos a almorzar. —La mujer mayor hablaba en tono amable y reconfortante.

— Gali, ¿si viste de lo que se salvó?, es preferible que esos desgraciados se desaparezcan a pasar por todo esto. —Olivia sonaba molesta y triste y sus lágrimas decían lo mismo. —Pero ya caray, vámonos a almorzar. —Le dio una sonrisa apenada al grupo y todos empezaron a dirigirse a la salida.

El rizado caminaba al lado de Tom, la curiosidad lo estaba carcomiendo, así que decidió preguntar por lo sucedido anteriormente.

— ¿A Olivia es a quien le robaron el marido en un supermercado? —Harry preguntó mientras caminaban por la acera.

— Así es, imagínate.

— ¿Y eso cómo fue? Es que no entiendo que se lo robaron. — El rizado volvió a preguntar, a lo que Tom rodó los ojos con un toque de alegría y entonces le dio un pequeño guiño.

— ¡Oye, Olivia! —El castaño se giró hacia la mujer que caminaba detrás de ellos. —Ven aquí.

— ¿Qué pasó? —Olivia se acercó a ellos aún con el pañuelo en las manos.

— Por qué no le explicas a Harry cómo fue que te robaron el marido, él quiere saber.

— No, no, no, solo fue una pregunta. —Por un momento, el ojiverde se sintió como un entrometido.

— No te preocupes, tranquilo que yo te cuento. —Entonces Olivia se convirtió en su acompañante el camino al restaurante. —Imagínate que un día fuimos a hacer las compras con los niños y con mi marido. Estábamos escogiendo algunos caramelos para llevar, entonces noté que de repente él ya no estaba prestando atención a lo que estamos haciendo, sino que el muy desgraciado veía a una mujer en minifalda que ofrecía degustaciones de galletas de mantequilla. Obviamente eso no fue tanto lo que me molestó, tuvo el descaro de ir hasta esa estúpida y pedirle una galleta, se notaba a kilómetros que a ella también le había gustado. —Llegaron al local y entraron aún sumergidos en la historia. —Entonces en mi enojo le dije "Corre ve, pídele el número de teléfono, la dirección, pídele matrimonio si quieres", lo peor de todo fue que me hizo caso. Y a partir de ese día empezó a portarse de lo más raro, empezó a llegar tarde, no quiso volver a comprar en ese supermercado, no le gustaba nada de lo que vendían ahí, ni siquiera las galletas. —Olivia dejó salir un suspiro de tristeza al tiempo que todos le prestaban absoluta atención desde sus lugares en la mesa. —Hasta que un día vino una vecina y me dijo que lo habían visto en ese supermercado, a mí se me hizo raro, pero me fui a buscarlo. Lo vi en el estacionamiento, después llegó ella con bolsas de compras, se besaron y se subieron al carro para irse. Esa noche me quedé esperándolo, y claro, llegó tarde, entonces yo le dije "desgraciado, sinvergüenza, descarado, ¿qué estaba haciendo?", me mintió diciéndome que había estado con su jefe. —Ahora más que triste, parecía enojada. —Me trató de loca, y jamás lo admitió.