— ¿Vio a alguien conocido, doctor? —Harry preguntó cuando el ojiverde lo llevó de regreso a la mesa a la mitad de una canción.
— Pues la verdad no, pero siento como si todo mundo me mirara. —La incomodidad estaba pintada en sus ojos. —Como si fuera amigo de ellos. Todo mundo me señala.
— Ay, tranquilo, doctor. Aquí no viene nadie de su gente. —El ojiverde dijo en un tono suave, rozando en la mesa su mano con la de su jefe.
— Sí, yo sé, Hazz. Lo que pasa es que estoy como paranoico después de la pelea con Samuel. —Louis, por su parte, alejó su mano del toque para tomar su bebida. —Estoy como nervioso.
— Doctor, si está muy intranquilo, nos vamos. —Lo menos que quería era que el castaño se sintiera mal en aquel momento.
— No, Hazz, ¿cómo vas a decir eso? —Se tomó todo el tragó y se armó de valor para volver a acercarse al menor. —Mira, aquí en este rinconcito estamos como protegidos, ¿no te parece? Además, ¿sabes algo? A mí me gustaría llevarte a un restaurante, un lugar lindo, donde pudiéramos bailar, donde te sientas cómodo y bien atendido por mí. ¿Me entiendes? Lo que pasa es que es peligroso.
— No se preocupe, doctor. Yo entiendo. —Su corazón se llenó de ternura, llenándose de comprensión hacia el mayor. —La verdad para mí, cualquier sitio es bello, siempre y cuando esté con usted. —Le dio una sonrisa, sintiendo sus mejillas enrojecer. —Este lugar siempre va a ser el recuerdo de una noche feliz. Doctor, usted me puede llevar a donde quiera y no me voy a sentir incomodo. Y lo más importante para mí es que usted esté tranquilo, que se sienta nada lo moleste, que nada lo ponga nervioso. Que estemos en paz.
— Oh... Hazz, eres tan especial. —Louis murmuró, cerrando los ojos en busca de poner la imagen de cierto modelo en su cabeza mientras volvía a besar al ojiverde.
Sin embargo, para su mala o buena suerte, la música del sitio paró, las luces se encendieron, quedando solo algunas apagadas. Se separaron, poniendo atención a la presentadora que había comenzado a hablar.
— Señoras y señores, muy buenas noches. —La mujer saludó a todo el público, recibiendo aplausos. —Sean bienvenidos todos a la hora romántica. A la hora del amor, aquí en su bar favorito. Y vamos a hacer un pequeño paréntesis en medio de la diversión para escoger a esa pareja que se diga a través de las canciones cuanto se quieren...
— ¿De qué se trata todo esto, Harry? ¿Qué es lo que está pasando? —El pánico comenzaba a inundar al castaño.
— No sé, doctor. Yo nunca había venido a este sitio. —Harry se alzó levemente de hombros, sintiéndose bastante desconcertado.
— ... entre ellos cuanto se aman, cantando una canción. —La mujer sonaba cada vez más emocionada. —Vamos a escoger una pareja.
— Harry, ¿sabes qué? Vamos a pagar la cuenta rápido, antes de que esa mujer venga y nos arruine la noche. —Buscó rápidamente a un mesero y lo llamó, buscando en sus bolsillos la billetera.
— Bueno, y entonces la pareja escogida esta noche es... es... es eta. —Y una luz azulina los iluminó a ellos dos. —Aplausos. Felicitaciones.
— Eh, lo que pasa es que nosotros pagamos la cuenta y ya nos vamos. Gracias. —Louis se levantó, haciéndole una seña al menor.
— Pero no se preocupe, caballero. Quien quita que se gane el premio y la cuenta le salga totalmente gratis. —La mujer pelinegra, con el cabello en un medio recogido, trató de convencerlos, recibiendo aplausos del público.
— Mire, nosotros ya nos vamos. No cantamos. —Insistió el ojiazul, colocando una de sus manos en la espalda baja del menor, indicando que comenzara a caminar. —No sabemos cantar.
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"Yo Soy Harry, El Feo" L.S A.U
FanfictionHarry Styles tiene un título en finanzas. Para su suerte, consigue empleo en una de las compañías más importantes en el mundo de la moda, TOMDER. Harry nunca imaginó los constantes desprecios que enfrentaría por su aspecto físico. A.U Basado y adapt...