Capítulo 40

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— Bueno, yo lo que quiero saber es qué va a pasar con mis modelos. ¿Cómo les van a pagar? —Henry habló. —Yo sé que a ti te incomoda, pero a la belleza hay que pagarle. —Miró directamente al presidente de la empresa. —La belleza no es gratuita.

— Sí, don Henry. —Respondió el asistente en su lugar. —Esa pago está programado para los próximos treinta días después del lanzamiento.

— Ja, ¿treinta días, cosa? ¿treinta días? Mis modelos están acostumbrados a recibir su cheque después de cada desfile. —Se podía notar la molestia en las palabras del diseñador. —Pero miren a quién pusieron a pagarle a la belleza también.

— Sí, yo sé, don Henry. Lo que pasa es que las cosas tienen que cambiar. Tienen que entender que son solo treinta días. —Harry trató de explicar. —Mientras que con las agencias tienen que esperar de sesenta a noventa días.

— No, pues, Donatella Versace, como conoce de moda y de belleza ¿no? —Murmuró con sarcasmo el diseñador.

— A ver, Henry, el asunto es así y punto. —Louis intervino en la conversación. —Al modelo que no le gusto, que vaya avisando de una vez y punto

— Ahí está pintado lo que piensas de las personas. —Henry se levantó de su lugar, acercándose al castaño. —¿Qué crees que son? ¿Cosas? ¿Objetos? ¿Ganado puro? Quien no sirve y no esté de acuerdo con lo que yo pienso, se va o le buscamos un reemplazo. —Terminando aquello, se acercó a su amigo pelinegro. —Sammy, abre el ojo, porque ustedes se van a casar, y tú haces algo o dices algo que a este no le gusta y adiós, te vas tú y te buscan un reemplazo, yo me conozco a este tipo de tiranos.

— ¡Henry! —Louis llamó con su paciencia comenzando a llegar al límite. —¿Será que podemos continuar con la reunión? —Al ver a diseñador volver a su lugar, continuó. —A ver, Samuel, ¿cómo vamos en puntos de venta y publicidad?

— Necesito que me aprueben este arte. —De su carpeta, el pelinegro sacó una hoja con un diseño plasmado en ella. —Es el que va a salir publicado el día del lanzamiento y una semana después.

— ¿Qué te aprueben? ¿qué te aprueben quiénes? —De nuevo Henry habló con un tono de completa molestia. —Si dejamos que este bestia intervenga en el aviso, termina metiéndonos a un Tom o a una Olivia, y desbancan a James Hanson, que está como quiere.

— Mm, bueno, yo los dejo para que tomen la decisión. —Harry dijo tratando de que su voz sonara normal tras escuchar las ofensas del diseñador. —Si me necesitan para cualquier cosa, estoy en mi oficina. —Juntó sus carpetas y habló un poco más bajo para hablar con su jefe. —Doctor, tengo que salir a las 6 de tarde, tengo una cita muy importante, usted ya sabe. También le recuerdo que mañana tenemos que ir a los bancos, ya arreglé las citas. —Notó el leve asentimiento de Louis y le mostró una sonrisa al resto en la mesa. —Permiso.

— Que pena interrumpirlos. —Sam dijo cuando el ojiverde salió de la sala de juntas. —Pero quiero que te acuerdes que mañana llegan tus papás.

— ¿Mañana? —Liam habló con sorpresa.

— Sí, mañana en la tarde. ¿O es que no vas a ir a recibirlos al aeropuerto? ¿o ni siquiera vas a ir a verlos a su casa?

— Yo, no es por meterme en asuntos familiares, pero creo que es importante que vaya a los bancos. —El ojimarrón de nuevo se incluyó en la conversación.

— Sí, mi amor, sí. Tengo que ir a los bancos, ¿por qué no te encargas de ellos?

[...]

— ¿Aló? Zayn, soy Harry. —El rizado estaba en su oficina haciendo la llamada.

"Yo Soy Harry, El Feo"  L.S A.U Donde viven las historias. Descúbrelo ahora