Capítulo 32

246 19 12
                                    

Luego del pequeño gran altercador que Olivia había tenido con Jessie, debido al cheque salarial que ella se había atrevido a retener. La pelirroja se encontraba en la oficina de Samuel con un pañuelo en la mano.

— Y es que es la única manera de asegurarme de que él me pague lo que me debe. —Olivia terminó de decir, limpiando sus mejillas y un poco del maquillaje corrido.

— Tú no solo lo hiciste por eso, tú quieres venganza, quieres aplastarla, cobrarle a ella lo que te hizo. —Samuel sonaba severo, pero también comprensivo. —Sí, lo del dinero es importante y lo entiendo, pero no solo lo hiciste por el dinero.

— Lo que pasa es que ella vino a mortificarme. —Olivia negó con suavidad. —Ella no está aquí por casualidad, no señor. —Tomó un poco de aire y siguió hablando. —Mire, don Samuel, es que usted no ha tenido que sufrir lo que he sufrido yo, así que solo le pido que usted me entienda y me ayude, porque desde que mi marido se fue y nos separamos, yo tengo a esa mujer metida aquí, en la cabeza. —Sin poder evitarlo, sus lágrimas de nuevo bajaban por sus mejillas. —Y si ha sido un infierno el no verlo, ¿usted sabe lo que estoy sufriendo, teniendo a esa mujer aquí metida?

— Lo sé, Olivia, lo sé. —El pelinegro se levantó de su lugar y comenzó a deambular por la oficina. —Mira, no te voy a hablar como Samuel Fender, el ejecutivo y accionista de esta empresa, sino como una persona normal. No estoy casado, no estoy separado y tampoco tengo hijos, es más, nunca me ha pasado algo así, pero he tenido situaciones similares. —Un brillo de tristeza apareció en los ojos de Samuel. —Para nadie es un secreto en esta empresa que mantener una relación con un hombre tan asediado como Louis sea fácil, pero tú te estás equivocando Olivia, te estás equivocando. —Pese al tono triste, Samuel de nuevo sonaba severo. —Estás demostrando porque perdiste a tu marido, y le estás demostrando a ella hasta dónde puedes llegar tú.

— Eso me lo ha dicho todo el mundo. —Olivia bajó la cabeza.

— ¿Tú te imaginas a esa mujer cuando llega a contarte a tu exmarido todas las atrocidades que le haces? Con justa razón le da la razón a ella. —Samuel regresó a su lugar.

— ¿Entonces yo soy la bruja para ellos? —La voz rota de la pelirroja hacia juego con su maquillaje corrido.

— Para ellos y para tus hijos. —El pelinegro notó los rasgos de la secretaria llenarse de tristeza. —Olivia, ¿no te has puesto a pensar que esa imagen que tú proyectas en esta empresa es la misma que puedes proyectar en tu casa y con otras personas? —Samuel dejó salir un suspiro. —Mira, Olivia, yo soy un hombre extremadamente impulsivo, soy capaz de estrangular al amante de Louis con mis propias manos y sin pensarlo, ni siquiera sé si soy la persona indicada para decirte esto, pero tienes que controlarte. Estás llegando muy bajo. —El pelinegro continuaba el regaño. —¿No puedes sobrevivir sin tu marido?

— He sobrevivido mucho tiempo sin él. —Olivia habló bajo.

— Eso no es cierto, Olivia, eso no es cierto, no lo has logrado. —El pelinegro negó. —¿Cómo puede ser que una mujer trabajadora como tú, de tanto temple, que ha sacado a sus hijos adelante con un marido incumplido y despreocupado, sea capaz de quitarle el cheque a la amante de su marido para dárselo a sus hijos? Yo creo, Olivia, que tú puedes demostrar a él, a ella, a todas las personas que te rodeamos, que eres superior a tu exmarido, a su abandono, a su amante.

[...]

— Pues sí, el banco tienes los dos millones de dólares que ustedes le piden prestados, pero necesito garantías. —El gerente del banco miraba serio a ambos hombres frente a él.

— ¿Garantías? Disculpe, doctor. —Louis fue quien habló. —¿qué tipo de garantías le pedían a mí papá cuando era presidente de Tomder?

— Bueno, lo que pasa es que su padre nunca negoció en el extranjero por una suma tan alta, él siempre negoció con proveedores nacionales. —El gerente respondió. —En cambio, usted me está diciendo de hacer un negocio en Panamá de traer los materiales y de respaldar la deuda con la próxima colección, eso ya lo hace diferente.

"Yo Soy Harry, El Feo"  L.S A.U Donde viven las historias. Descúbrelo ahora