Capítulo 29

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Dejó salir un suspiro mientras se acomodaba en su silla. Los recuerdos inundaban su cabeza mientras tomaba entre sus manos aquella franela que hace un tiempo su jefe le había dado.

Si lo pensaba bien, sentía que le debía mucho al señor Tomlinson. Casi desde el primer momento en que había entrado a la empresa, había buscado defenderlo, incluso de su prometido y socios de la empresa. Lo había consolado en lugar de enojarse con él cuando estuvo a punto de aceptar la propuesta de una comisión.

Aquel hombre que estaba al otro lado de la puerta de su oficina había hecho mucho más por él que otras personas que solo lo juzgaban por la forma en que se veía. Estaba seguro de que sería muy difícil encontrar a alguien más que lo tratara bien por el trabajo que realizaba y no por su apariencia. El señor Tomlinson, en definitiva, era alguien único, alguien a quien no le gustaría defraudar.

— Don Louis me necesita. —Habló para sí mismo en un susurro. —Yo no puedo abandonarlo, yo no puedo hacerle eso.

[...]

— Pero ¿sabes qué? —El ojimarrón habló de forma seria. —En todo caso, me parece mejor aún no hacer lo de la prenda.

— Sí, en todo caso, pues yo no la iba a registrar hoy. —Louis respondió mientras se paseaba por su oficina. —Simplemente quería tenerla lista. Pero ya que importa, hombre. Yo me equivoqué con Harry ahí. —Se sentó se nuevo tras su escritorio, haciendo una mueca al recordar la negativa de su asistente.

— Perdón. —La voz del rizado saliendo de su oficina llamó la atención de los dos. —Doctor, yo le dije que era incondicional con usted. —Harry dijo poniéndose frente a su jefe, con solo el escritorio separándolos. —¿Qué tengo que hacer? —A Louis se formó una pequeña sonrisa al escuchar eso.

— ¿Sabes constituir una prenda sobre establecimiento comercial, Harry? —Pese a estar feliz, el ojiazul mantenía su voz cautelosa.

— Claro que sí, doctor. Es una garantía que se hace sobre los activos del balance general. Yo manejaba ese tipo de prendas en el banco. —Harry explicó de forma rápida. —Pero tengo una inquietud, doctor, los bancos con los que tenemos créditos, ¿no tienen ese tipo de prenda sobre la empresa?

— No, pero claro que no, Harry. —Negó suavemente con la cabeza el castaño. —Los bancos nunca han funcionado con esa figura con Tomder porque mi papá siempre estuvo al día. Él me dejó esta empresa sin deudas. —Louis vio a su asistente asentir. —A ver, Harry, yo quiero ser muy claro en todo esto. Quiero que la prenda la hagas sobre la totalidad de Tomder. De tal manera que, cuando Promoda nos embargue, nos embargue todo. Si se nos llega a quedar algo por fuera, nos lo quitan, ¿sí?

— Sí, está bien, doctor. —El ojiverde asintió dispuesto a regresar a su pequeña oficina para ponerse en marcha con lo que su jefe le pedía.

— Harry. —Louis lo llamó haciéndolo girar. —Gracias. —Esta vez lo miró con una sonrisa sincera. —Gracias y espero que esto quede entre los tres. —Después de sus palabras, vio a su asistente entrar a su oficina.

— Aw, aquí hay amor. —Liam dijo en cuanto la puerta se cerró.

— Ay, no, no comiences. —El ojiazul rodó los ojos con fastidio.

— Y ojalá no estemos cometiendo un error, con esa prenda le estamos entregando la empresa a Harry. —El castaño más alto realizó una pequeña mueca.

— Sí, pero es mejor proteger la empresa. Mira, yo prefiero entregarle la empresa a Harry a que nos embarguen otros. Además, yo confío en que esto va a quedar entre los tres.

— Lo del embargo se puede quedar entre los tres. Lo que va a ser muy difícil de ocultar son las cifras de las ventas. Samuel va a preguntar a los almacenes apenas llegue a la empresa. —Los gestos del ojimarrón denotaban su preocupación.

"Yo Soy Harry, El Feo"  L.S A.U Donde viven las historias. Descúbrelo ahora