Capítulo 34

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— Sí, en el próximo vuelo a la ciudad de Panamá. —Harry hablaba al teléfono. —A nombre del señor Louis Tomlinson. Sí, en primera clase.

— Hazz, ¿ya hiciste mi reserva? —Louis preguntó en un susurro al ver a su asistente hablando por teléfono.

— Sí, señorita. Bueno, muchas gracias. —Y con una pequeña sonrisa, Harry terminó la llamada. —Ya está lista, doctor. Ya me dieron el número de reservación, sale a las once de la mañana. —Informó rápidamente antes de realizar una pequeña mueca. —Eh, doctor, ¿le aprobaron las muestras?

— Sí, las aprobaron. —El ojiazul sonrió levemente para después ver su reloj. —Pero, mira, ya me tengo que ir para el departamento. Tengo que recoger el pasaporte y tengo que recoger la maleta. Hazme un favor, dile a Perrie que vaya por mi carro y pídeme un transporte.

— Sí, doctor. —Y su jefe se fue tan rápido como llegó, dejándolo con el mal presentimiento latente en su pecho.

Por su parte, Louis terminó de juntar todas sus cosas y salió directo a la oficina de su novio para despedirse de él. Aunque en cuanto abrió la puerta, se encontró con lo que parecía ser una pequeña reunión, pues estaban Nial y Henry con su prometido.

— Mi amor, vine a despedirme. Me voy para Nueva York a cerrar el contrato. —Louis se acercó a su novio, comenzando a inclinarse para un beso, pero se vio interrumpido por un sonriente Samuel.

— Yo me voy contigo.

— ¿Qué? ¿A dónde? ¿Para Nueva York? —Louis observó a su novio en estado de shock.

— Sí, quiero acompañarte a cerrar el negocio. —Samuel sonrió ampliamente.

— No, no, no, mi amor, pero mira la hora que es. —El presidente dijo lo primero que se le ocurrió. —Yo tengo que salir ya para el apartamento. Nos vemos allá.

— No, mi amor, es que yo solo voy para el apartamento, recojo la maleta, el pasaporte y listo.

— ¡No! —Louis medio gritó, pero de contuvo al recordar la presencia de las otras personas. —No, no se puede, mi amor, es un viaje muy largo, ¿cómo te vas a poner en esas? ¿o estás desconfiando de mí?

— No, no, no, mi amor, solo quiero acompañarte. —La sinceridad se notaba en los gestos del pelinegro.

— Perdón, perdón, perdón que me entrometa, perdón, Louis. —Niall se metió en la conversación. —Sam, pero yo no creo que sea buena idea que tú viajes.

— ¿Y ahora por qué? —Samuel se cruzó de brazos, viendo con cierta molestia a su amigo.

— Samuel, porque Louis se va, Liam está en Nueva York y encima tú te vas, ¿en manos de quién queda la empresa?

— Ay, no, no, no, en manos del moco ese. —El diseñador entendió de inmediato a lo que se refería el rubio. —Si es así, yo renuncio.

— Ay, Henry, tú al menos puedes renunciar, pero yo no puedo dar ese lujo. —Niall comenzó a hacer un puchero. —El Harry ese y el cuartel de brujas me aniquilaran. La vez pasada amenazaron con hacer asado de secretario y así fue.

— Ay, no exageres, Niall. Serán dos días a lo mucho, ¿cierto, Louis? —Sam dijo en un tono todavía un poco molesto.

— Uno, yo vuelvo mañana. —El castaño asintió suavemente.

— Samuel, no necesitan unos días, necesitan unas horas para acabar conmigo. Solo necesitan un par de horas para que ese hombre al mando de esta empresa me haga la vida imposible, hasta pueden hacer echarme de aquí. —El rubio sonaba desesperado con la situación.

"Yo Soy Harry, El Feo"  L.S A.U Donde viven las historias. Descúbrelo ahora