Ocho

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Las miradas del grupo estaban posadas sobre Dex, los veía recargada en el marco de la puerta. Para Isabel era difícil esconder la sorpresa pero Levi lucía tan inexpresivo como siempre. Farlan, por su parte, maquinaba ideas para justificar su presencia en ese lugar.

— ¿Qué haces en la oficina del capitán? — preguntó el azabache.

— Vaya, ahora sí que hablas conmigo — le regaló una leve sonrisa irónica.

—¿Vas a responder la pregunta? — estaba impaciente.

— Yo hice una primero — mentirle a Dex Beckett era arriesgado, era excelente para detectar cuando alguien no decía la verdad — ¿Qué documentos necesitan de la oficina de Erwin? — su tono no era agresivo, mantenía el tacto en sus palabras. Pero su autoridad no pasaba desapercibida.

— ¿Lo llamas Erwin? — la expresión del mayor estaba retando a Dex — Deben ser cercanos, ¿por eso duermes en su oficina?

— No te debo ningún tipo de explicación — hasta ese momento Levi había sido relativamente amable con la castaña, pero de la noche a la mañana tuvo un gran cambio de actitud hacia ella. — Ustedes, en cambio, estaban entrando sin autorización.

— No te debemos ningún tipo de explicación — respondió el azabache irónico. Estaba drenando la paciencia de Dex.

— Permíteme recordarte que soy tu superior — avanzó hasta estar frente a él. Sus ojos miraban fijamente los del mayor con seguridad, el azabache necesitaría mucho más para intimidar a la Beckett — Debes aprender a obedecer la cadena de mando. — Levi no esperaba esa respuesta de la menor, lo seguía sorprendiendo.

— El sub-capitán Beckett nos envió — finalmente el castaño habló, inspirado por la mención de la cadena de mando mencionó al mayor, quien era superior de su hermana.

— ¿Dillon? — desvió su mirada de Levi para ver a Farlan — Me hubiera avisado antes, ¿qué documentos exactamente pidió? — se dirigía a él con calma, a final de cuentas estaba molesta sólo con el azabache.

— No nos lo dijo, somos nuevos en la Legión, aun no nos tienen tanta confianza. Sólo hicimos la tarea que nos pidió — el de mayor estatura era convincente pero algo dentro de Dex no terminaba de creerle. — Dijo que el capitán Smith nos los daría — siguió elaborando su mentira.

En ese momento exacto los pasos del rubio resonaron por el pasillo, se acercaba a ellos sin prisas y con ambas manos a la espalda. La escena frente a él era bastante inusual. El azabache lo miraba con fastidio, se limitó a devolverle una mirada seria.

Al detenerse frente a ellos, todos realizaron el saludo militar incluso la castaña, quien debía mantener la formalidad ante el título de Erwin.

— Buenas noches, soldados — mantenía una postura firme — lamento la demora, ¿los puedo ayudar?

— Beckett nos envió por documentos a su oficina, señor — dijo Farlan, el rubio señaló a Dex con la cabeza en forma de pregunta — El otro Beckett — aclaró.

— Muy bien, adelante — dejó que Dex, quien ya estaba en la puerta, pasara primero. Luego de que hubieran entrado, el capitán cerró la puerta a sus espaldas. — Creo que sé exactamente lo que están buscando. — Los tres amigos se tensaron ante las palabras del rubio, quien con tranquilidad pasaba la vista por diferentes carpetas. Estaba tan concentrado leyendo los títulos hasta que encontró lo que buscaba. Con la mano izquierda tomó la carpeta y se la extendió con amabilidad a Farlan — Dillon debe estar esperando por esto, entréguenlo ahora mismo. — el castaño tomó la carpeta con la mano ligeramente temblorosa.

Una Probada de HumanidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora