Catorce

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Hange Zoe entró a Shiganshina con órdenes de organizar el regreso de las tropas al interior de Sina. El comandante en persona le había dicho que quería a todos los soldados en la capital lo más pronto posible ya que se llevaría a cabo una reunión informativa de suma importancia. Sin preguntar por más detalles partió en compañía de Moblit y finalmente, después de casi seis días de viaje, llegaron a los límites de María.

Antes de comenzar los preparativos deseaba ver a su amiga Dex. Cuando se enteró sobre la muerte de Dillon sólo podía pensar en ir a consolar a la castaña. Lo primero que hizo fue preguntar por ella en el comedor pero nadie parecía haberla visto en los últimos días.

Intentaron buscarla también en su casa, pero su familia entristecida les dijo que no la habían visto desde la noche en la que fue ella misma a darle la noticia sobre la pérdida de su hermano. Ambos soldados se quedaron durante un rato para presentarles respeto a los allegados del castaño.

El atardecer del primer día había llegado y aún no habían visto nada de Dex Beckett. Estaban en el comedor tomando la cena con expresiones bastante angustiadas, aumentaba la preocupación por ella y no encontrarla no los ayudaba a relajarse.

Junto a ellos, Levi estaba cenando solo y una Hange tan amable como Dex lo llamó a su mesa. El azabache pensó en rechazar la invitación de la mujer de lentes, pero ahora que había decidido quedarse en la Legión le convenía comenzar a relacionarse.

— Eres Levi, ¿cierto? — recordaba su presentación. El hombre solo asintió mientras toma asiento frente a ellos. — Soy Hange, estoy al mando del cuarto escuadrón. Él es Moblit — el castaño le regalo una sonrisa amable.

— Son del escuadrón de Dex — recordaba como la castaña hablaba con entusiasmo de su equipo.

—Sí, está bajo mi cargo — respondió Hange — hablando de Dex...— dejó escapar un pesado suspiro — ¿la has visto?

Levi parecía sorprendido bajo su pregunta. Él no la había visto desde que había llegado en brazos de Erwin al cuartel.

— Debe estar en su casa.

— Ya la buscamos ahí — habló el castaño — y en todas las habitaciones del cuartel.

— ¿Buscaron en la habitación de Erwin? — ambos pares de ojos lo miraron sorprendidos. Dex no había tenido oportunidad de contarles que finalmente había establecido una relación con el rubio. Levi chasqueo la lengua y se puso de pie mientras Hange y Moblit lo miraban sin comprender sus acciones — ¿vamos a ir a buscarla o no?

Se pararon enseguida y comenzaron su camino decididos hasta el cuarto del capitán.

— ¿Dex? — Hange llamó a la puerta antes de entrar, pero al no recibir respuesta la abrió sin más. Ahí dentro encontraron una escena que ninguno estaba preparado para ver.

Sobre la cama estaba Dex Beckett temblando entre espasmo de llanto y frío, estaba vestida solo con una camisa negra que le llegaba cerca de las rodillas y su cabello era un desastre. La poca luz que se colaba por las cortinas cerradas dejaba ver el desorden que había en ese lugar, su uniforme estaba en el suelo y había algunos platos sobre la mesa.

Hange fue la primera en entrar, los ojos de Dex estaban cerrados pero su rostro estaba hecho un desastre por el llanto, pequeñas marcas rojas cubrían sus mejillas y la sombra de las lágrimas no parecía borrarse de su piel.

— ¿Dex? — la llamó aún sin atreverse a tocarla — ¿Dex? — con sus dedos apartó un mechón de cabello causando que la menor abriera los ojos. Moblit y Levi las miraban desde el marco de la puerta — Dex, cariño, ¿hace cuánto no sales de esta habitación? — la menor levantó la vista para encontrarse con los ojos de una de sus mejores amigas.

Una Probada de HumanidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora