Cuarenta y uno

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— ¿Qué fue esa estupidez? — Levi entró a la oficina que le habían asignado a Dex en la capital.

Había dejado su puesto en Trost de forma temporal para trabajar junto a Erwin en la planeación de la próxima expedición, otros capitanes, entre ellos Levi, también estaban en la capital trabajando para prepararse para salir.

— Podrías haber llamado a la puerta.

— Podrías ser una capitana responsable.

Aquello causó que la castaña levantara la vista de sus documentos, le dio una mirada fría mientras cruzaba los brazos sobre el pecho. Estaba acostumbrada a la poca sutileza de Levi, pero aquel comentario había cruzado una línea.

— ¿No dirás nada? — el azabache estaba notablemente molesto, se notaba en sus ojos.

— No sé de qué estás hablando. — en realidad lo sabía a la perfección, pero no quería hablar del tema.

— Claro que lo sabes, Dex. — la menor apartó sus documentos y se inclinó sobre el escritorio. — Teníamos un trato, tú no saldrías de las murallas hasta que pudieras volver al equipo y si lo intentabas se lo diría a Erwin.

La castaña no dijo nada. Levi había sido paciente con ella con el tema y constantemente le ofrecía ayuda, aun con eso, luego de casi dos años la capitana aun no podía usar el equipo tridimensional.

— Lo sé, Levi, pero...

— ¡No hay "pero"! — estaba furioso con Dex y estaba en todo su derecho de estarlo en ese momento.

Durante la reunión de esa noche Dex había estado proponiendo ideas sobre la formación y rutas, entre sus estrategias estaba que ella y su escuadrón se encargaran de la parte trasera del centro de la formación, justo detrás de donde estaría Erwin.

— No puedo quedarme aquí. — murmuró sabiendo que no podía defender su postura.

— ¿Y por eso le mentiste a todos?

Cuando Levi intervino en su propuesta exponiendo que Dex no podía manejar el equipo la capitana actuó como si no tuviera idea de lo que hablaba.

— Levi, lamento haberte puesto en esa posición.

— ¡No lo lamentas! — había mentido con tanta naturalidad en la reunión que el azabache no podía creerle nada. — Sabías que Erwin te creería a ti sin importar que dijeras.

La capitana no dijo nada, por supuesto que lo sabía. Si Erwin se enteraba de la verdad la haría quedarse dentro de las murallas, pondría a River a cargo de su escuadrón y continuaron la expedición sin ella.

— ¿Por qué quieres morir? — preguntó el azabache con un poco más de calma, su molestia comenzaba a convertirse en decepción.

— No quiero morir. — respondió sin demasiados ánimos. — Pero no puedo ser un soldado inútil, no voy a estar aquí adentro siempre, necesito salir y recordar lo que es enfrentarse a los titanes.

— El incentivo no servirá de nada si no regresas con vida. — respondió luego de chasquear la lengua.

— No voy a morir. — aseguró.

Levi la miró en silencio durante algunos sentidos, Dex no podía evitar sentirse juzgada, ni siquiera los años le habían quitado la frialdad a la mirada del azabache.

Levi no la había mirado con tanto desdén desde que se habían conocido, siempre había tenido un trato ligeramente especial hacia ella, aun después de haber terminado su relación seguía tratándola con mucho más tacto que al resto.

Una Probada de HumanidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora