A Dex le tomó un par de respiraciones profundas poder serenarse y dedicar toda su atención a la reunión. Ahora que otras vidas dependían de sus órdenes no podía darse el lujo de olvidar detalles sobre la expedición.
Erwin explicaba todo con claridad, en sus planes no había espacio para errores y se lo dejaba siempre claro a los capitanes. Sin duda alguna era un comandante centrado y perfectamente capacitado para su puesto. Más allá de las complejas emociones románticas, Dex sentía un profundo respeto por él.
Pasaron alrededor de dos horas discutiendo hasta el último detalle de la expedición que estaba por venir. La nueva capitana tomaba notas sobre las instrucciones más importantes, estaba comprometida con su puesto y con la supervivencia de su escuadrón.
— Eso es todo por esta noche. — anunció el comandante. — Nos reuniremos de nuevo un par de días antes de dejar la capital. Asegúrense de que sus escuadrones conozcan su posición. — Todos respondieron de manera afirmativa mientras se disponían a abandonar la oficina del comandante.
Dex miró a Hange, que estaba sentada a su lado, con complicidad y ambas se escabulleron fuera de la habitación antes de que Erwin tuviera siquiera la oportunidad de pedirles que se quedaran. Era tarde y no se encontraron con nadie mientras caminaban por los pasillos.
— Actúas extraño. — le dijo la mayor. — Supongo que vas a contarme el motivo.
Hange conocía a Dex como la palma de su mano, la castaña no podía guardarse ningún secreto ante su mejor amiga.
— Erwin me besó. — hablaba tan rápido que apenas se notaba el espacio entre las palabras. La boca de la científica se abrió en sorpresa.
—¿Cuándo? — preguntó ansiosa por conocer los detalles.
— Justo antes de la reunión. — respondió con una pequeña risa ante la actitud de Hange.
— Eso explica porque estabas tan distraída.
— Pero... — dijo antes de que su amiga saltara a conclusiones. — Eso no es todo. — Los ojos curiosos de Hange se posaron sobre ella.
— ¿Qué más sucedió? — preguntó intrigada. La menor mordió ligeramente su labio inferior mientras intentaba encontrar una manera apropiada de explicar sus ideas. — ¿Tiene que ver con Levi? — Dex asintió, en definitiva podía leerla como un libro abierto. — ¿Lo besaste también?
— Sí. — respondió en voz baja. Se debatía entre la vergüenza y la emoción, dos sentimientos que habitualmente no se presentaban juntos.
— ¡Dex! — Hange la miraba con una gran sonrisa divertida, estaba impresionada con las confesiones de la castaña.
— Shh... — a pesar de que sabía que pedirle silencio a la científica no solía funcionar, lo intentó de todas maneras. — Ven, vamos a mi oficina. Te contaré todo.
Caminaron juntas hasta la oficina de la nueva capitana y, después de iluminar la habitación con velas, se sentaron una frente a la otra. Dex dejó escapar un pesado suspiro y comenzó a relatar todo lo que había sucedido desde la noche de su cumpleaños. Las expresiones de Hange no tenían precio. Escuchaba a su mejor amiga, sorprendida de cómo la mujer a la que había tardado dos años en aceptar un pequeño enamoramiento ahora estaba envuelta en esa compleja situación romántica.
Los ojos azules de Dex mostraban su angustia ante la situación y sentía el estómago revuelto por la ansiedad. No se sentía emocionada por debatirse entre dos potenciales parejas, para la castaña era una tortura que su corazón hubiera decidido enredarse de esa forma.
Hange escuchó todo lo que la menor tenía que contar, desde el beso con Levi hasta Erwin acariciando su rostro afuera de su oficina. No necesitaba que Dex explicara como se sentía, se reflejaba perfectamente en el rostro afligido que la acompañaba.
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Una Probada de Humanidad
FanfictionDefinir la humanidad no es tan sencillo como parece. Levi, por ejemplo, la definiría como las manos suaves de su amada que estaban dispuestas a sanar cualquier herida sin distinción, llenas de empatía y comprensión. Erwin, la explicaría como aquell...