Veintinueve

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— Buena suerte, capitán Levi.

Después de que el azabache hubiera revisado todos los posibles candidatos, había elegido a los miembros de su nuevo escuadrón. Y esa mañana fría de finales de Noviembre, partiría a otro distrito para encontrarse con ellos.

Dex no podría acompañarlo y no se verían por al menos dos semanas. Levi había pasado los últimos días siendo especialmente atento con la capitana, desde la noche en que habló sobre su infancia en los brazos de Dex sentía que no podía separarse de ella. Pero ahora el trabajo los obligaba a despedirse por un pequeño lapso de tiempo.

— No suena tan mal. — respondió el azabache mientras abrazaba la cintura de la castaña. — Capitán Levi. — repitió. — Podría acostumbrarme.

Él estaba perfectamente uniformado, mientras Dex aún estaba vistiendo su pijama. Estaban en la habitación de la capitana, iluminados por los primeros rayos de sol. Bajo insistencia de Erwin, Dex también conocería a nuevos miembros para su propio escuadrón.

— Tendrás que hacerlo. — la menor pasó los dedos con delicadeza sobre los mechones oscuros de Levi. — ¿Quieres que te corte el cabello?

— Tal vez cuando regrese. — Dex le sonrió con ternura y dejó un beso delicado sobre los labios de su pareja.

— Te veré en algunos días. — el azabache asintió y de nuevo besó a Dex en un ósculo un poco más profundo, cerraron los ojos hasta que se separaron después de algunos segundos. — Se va a hacer tarde, Levi.

— Es verdad, me tengo que ir. — el azabache tomó la pequeña mochila con su equipaje para los días que pasaría fuera del cuartel.

Se despidieron con palabras bonitas hasta que el nuevo capitán salió de la habitación para emprender su camino fuera de la capital. Cuando Levi se fue, Dex comenzó a prepararse para su día.

La capitana se miró al espejo intentando controlar sus nervios, tendría que pasar de nuevo por el proceso de presentarse a nuevos cadetes. Gracias a su buena relación con el comandante había tenido el privilegio de posponer la integración de nuevos miembros a su escuadrón, Erwin le había conseguido tiempo suficiente para que lidiara con la pérdida de sus primeros subordinados, pero ahora debía hacerle frente a sus responsabilidades.

Justo como la última vez, la esperaban en el patio central. Pero en esta ocasión en lugar de estar acompañada por Erwin, la seguían River y Maxine.

— ¿Están nerviosos de conocer a los nuevos integrantes? — preguntó mientras se dirigían al patio.

— ¡Claro que no! — respondió River con confianza y una sonrisa.

— Me gusta tu actitud, River. — la capitana levantó la vista para sonreírle. River era bastante más alto que ella. — ¿Y tú, Max?

— Un poco. Solo espero que podamos llevarnos bien. — a Dex le parecía que la pequeña Maxine Hal era la persona más dulce y sensible que había conocido.

— Yo espero lo mismo.

Tres soldados uniformados saludaron con respeto a la capitana cuando se paró frente a ellos. Diferentes historias de las expediciones habían hecho que el nombre de Dex Beckett se escuchara entre los pasillos de los cuarteles de la Legión de Reconocimiento, por eso, los nuevos cadetes sabían a la perfección quién era la castaña frente a ellos.

— Soy la capitana Dex Beckett. — se presentó con un tono

Recordaba a Vera y Marc mirándola en el comedor mientras le preguntaban de donde provenía el apodo "Dex". Nunca tuvo la oportunidad de decírselo, ambos murieron sin siquiera saber el verdadero nombre de la capitana. Sentía que su subordinados merecían saber la identidad de la capitana en la confiaban sus vidas, pero en ese momento no se sentía preparada para hacerlo. Tal vez podría hacer después una reunión y contarlo.

Una Probada de HumanidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora