— Soy la capitana Dex Beckett — caminaba con firmeza frente a los nuevos reclutas. — Estoy a cargo de todas las tropas en Trost, lo que significa que estoy a cargo de ustedes. — varios de los nuevos en las filas eran bastante más altos que ella, pero a la castaña le bastaba el nombre para demostrar autoridad. — Requiere valentía elegir unirse a la Legión de Reconocimiento.
Se recordó a sí misma en las filas, recibiendo un discurso parecido la primera vez que se vistió con las Alas de la Libertad. El número de reclutas era mucho menor que el del año pasado, era de esperarse luego de la caída de las murallas.
— Recibirán capacitación adicional a la de su entrenamiento, tanto el capitán Levi como yo vamos a estar supervisando su desempeño.
El azabache estaba parado junto a la capitana, no se molestaba en ocultar lo fastidiado que se sentía al tener que trabajar con reclutas. A los ojos de Levi, el comandante le había dado un trabajo de niñero, no solo de los nuevos, sino también de la capitana.
Escuchó a Dex dar su discurso y las primeras órdenes a los nuevos miembros, nadie podía discutir sus habilidades de liderazgo, su puesto le quedaba como anillo al dedo.
— Eres muy suave con ellos. — comentó el mayor.
— Es su primer día, además, no estamos como para tener desertores. — Levi rodó los ojos. — Por lo menos están aterrados de ti.
— Como deberían.
— El miedo no es la mejor manera de conseguir el respeto, Levi.
— Pero sí una muy eficiente. — se ganó una pequeña risa de la capitana. Podría ser el soldado más fuerte de la humanidad y el capitán más temido de la Legión de Reconocimiento, pero Dex Beckett nunca le había mostrado ni una pizca de miedo.
— Debo ver a River, aún tengo muchos informes pendientes. — la capitana se despidió de azabache y continuó con su día.
Había llegado a Trost tres días atrás, viajó con Amin, Eren, Mikasa y su abuelo hasta la ciudad. Aún no sabía cómo organizaría todo con tres niños, pero no se había arrepentido ni un solo momento de haberlos llevado con ella.
Afortunadamente la casa era suficientemente grande para los cuatro, todos tenían su propia cama y suficiente espacio para convivir. Pasaron el primer día limpiando y ordenando la casa, luego de meses inhabitada estaba llena de polvo. Las únicas plantas que no se habían marchitado eran las de la entrada, ya que Maxine pasaba a regarlas durante la ausencia de la capitana.
Hasta ese momento Dex había vivido sola por años y más allá de jabones lujosos y algunas noches de tabernas no tenía muchos gastos, la mayoría de su sueldo era ahorrado por lo que comprar todo lo necesario para abastecer la casa no fue un problemas. Sabía que la paga por su puesto sería suficiente para vivir, no podrían permitirse muchos lujos, pero tendrían todo lo necesario.
Luego de un par de días para organizar su vida de regreso en Trost, regresó a su trabajo habitual. Tanto su escuadrón como el resto de miembros del cuartel le expresaron lo aliviados que estaban por su regreso.
La esperaban decenas de carpetas en su escritorio, pero incluso el papeleo le sentaba bien luego de tanto tiempo alejada del Cuerpo de Exploración.
— Capitana. — River y Max entraron a su oficina sin anunciarse antes.
Miró a ambos con una sonrisa, a Dex le pareció que se veían completamente diferentes a cómo lucían cuando los conoció por primera vez, supuso que ella también debía estar irreconocible.
— ¿Qué tal estuvo el día con los reclutas?
— Mejor de lo que esperábamos. — comentó Max con una sonrisa. — La mayoría maneja bien el equipo.
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Una Probada de Humanidad
FanfictionDefinir la humanidad no es tan sencillo como parece. Levi, por ejemplo, la definiría como las manos suaves de su amada que estaban dispuestas a sanar cualquier herida sin distinción, llenas de empatía y comprensión. Erwin, la explicaría como aquell...