Nueve

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Los días pasaron demasiado rápido para Dex, quien estaba disfrutando del ritmo que estaba tomando su agitada vida. Entre entrenamiento duro y repaso constante de la próxima expedición, encontraba espacios libres para reunirse con Erwin.

Podían pasar horas hablando de temas cotidianos sin dejar de mirarse, ambos tenían una gran curiosidad que complementaba sus charlas. Si aparecía alguna pregunta sin respuesta, se dirigían a la biblioteca, donde la mayoría del tiempo resolvían sus dudas.

Pero sus citas esporádicas no se limitaban a la oficina, algunos días paseaban tomados de la mano por los campos abiertos que rodeaban las instalaciones del campo de entrenamiento de reclutas. En una tarde libre, Dex consiguió una manta y bocadillos para tener un picnic con el mayor. La escena parecía sacada de algún libro de romance, estaban juntos, mirando al atardecer con sus manos entrelazadas, dejando fuera de sus mentes cualquier cosa que no fuera el nombre del otro.

Los rumores sobre el capitán y Beckett no tardaron en volar entre los soldados. Para la mala suerte de Dillon, el boca a boca deformó la historia un par de veces causando que lo interrogaran sobre su supuesta relación. Respondía divertido, diciendo que a pesar de que podía reconocer que Erwin era un hombre atractivo, era su hermana quien estaba enamorada del rubio, no él.

Además de salir con Erwin, la castaña pasaba mucho tiempo con Isabel. Entrenaba con ella y sus amigos, Farlan cada vez participaba más en las conversaciones. A la hora de comer en su mesa se escuchaban risas animadas, pero aquel ambiente parecía no alcanzar a atrapar al azabache. A diferencia de los otros, Levi apenas le dirigía la palabra para asuntos relacionados con el trabajo, la castaña comenzaba a rendirse en su intento de llevarse bien con él.

Aquella mañana, Dex desayunaba junto a Farlan e Isabel, Levi aún no aparecía por el comedor. El castaño a veces olvidaba su verdadera misión, era imposible no hacerlo al sentirse tan acogido dentro de la Legión, si tuviera la opción elegiría quedarse ahí y portar la Alas de la Libertad con verdadero orgullo.

— ¿Farlan? — la voz de quien se había convertido en su amiga por accidente lo distrajo de sus ideas revueltas. — ¿Escuchaste lo que dije?

— No, lo siento. Estaba algo distraído — rascó su cabeza algo apenado.

— Dex estaba hablando sobre la nueva formación.

— Hemos escuchado la organización cientos de veces.

— Tienes razón, sólo quiero estar segura de que saben bien sus posiciones. La primera expedición siempre es la más difícil. — suspiró con algo de pesadez — no quiero que les pase nada malo. — genuinamente se preocupaba por ellos.

Antes de que ninguno pudiera responder, un soldado se acercó a su mesa llamando la atención de la castaña.

— Beckett — Dex se giró a mirarlo con un gesto amable — el capitán Smith te solicita en su oficina.

— ¿Seguro que soy el Beckett que busca?— el soldado la miró con el ceño ligeramente fruncido — Estoy bromeando. Iré en un momento. — sin haber entendido la broma, el portador del mensaje se retiró del lugar. —Bueno, supongo que me tengo que ir —

— Nos vemos en el entrenamiento más tarde — le dijo Isabel animada, Dex asintió y se alejó de la mesa con una sonrisa.

Le parecía extraño que Erwin hubiera enviado a alguien para llamarla a su oficina, pensaba pasarse por ahí de todos modos después del desayuno, así que su citatorio no interrumpió sus planes.

Tras la puerta la esperaba el rubio y su hermano, quienes estaban enfrascados en un mapa con señalizaciones específicas sobre la formación.

— Buenos días — saludó a ambos

Una Probada de HumanidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora