Ciento siete

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Dejé que sonara, no contestaría, si le importaba volvería a llamar, si era urgente me buscaría.

Llamada perdida

El remordimiento me invadió, ¿y si le pasaba algo y me llamaba para pedir ayuda?, ¿y si sólo se había equivocado de número?

Llamada entrante- El brillito de mis ojos...

¡Joder!

Esperé a que sonara más veces, no quería parecer desesperada.

Carraspeé varias veces para aclarar mí voz, hice un intento por arreglar mi cabello y revisé mi aliento, ¿para qué si sólo era una llamada? Los nervios quizá.

Llamada perdida

Di un largo suspiro y sopesé las consecuencias de devolverle la llamada.

Estaba tratando de sacarlo de mi vida, entonces me abstuve de hacerlo aunque mis manos cosquilleaban y mi corazón pedía a gritos su voz pero, ¡no! Si bien era lo único que me hacía feliz también era el único que me hacía daño.

La lluvia estaba en su apogeo y recuerdos e ilusiones inundaron mi mente.

Me imaginé con él bajó la lluvia, me tomaba de las manos y me pegaba a su cuerpo empapado, tenía su vista fija en mi, tomó mi mentón y levantó mi rostro para que nuestras miradas se cruzaran, pasó su dedo pulgar por mis labios y mis mejillas, acunó mi rostro entre sus manos y despacio se acercó a mi para darme un casto beso. Posó sus manos en mis caderas y poco a poco bajó sus manos quedando en mi posaderas se detuvo ahí por unos segundos. Con un impulso colocó mis piernas alrededor de su cintura. Sus besos se intensificaron y el calor aumento a pesar de la fría lluvia. Sus manos se adentraron en mi blusa erizando mi piel bajo su tacto. Al paso que íbamos me entregaría ahí mismo a él.

Paro en seco y me miró a los ojos, hizo una sonrisa de lado y quitó los mechones de cabello de mi rostro.

-Bonita, llámame romántico pero esto es lo más cursi que he hecho bajo la lluvia - dijo quitándole la magia al momento.

-Lo sé, me pasa igual, lo más lindo que había hecho bajo la lluvia fue ir a comprar unos tacos.

-¿Tacos, de Don Porfirio? -preguntó curioso.

-Sí, lastima que no estabas, te los perdiste.

-Sabes, te amo mi niña. -soltó dándole él final perfecto a mi fantasía.

Regresé al mundo real y me dejé de ensoñaciones eso no pasaría y no hacía más que agrandar la herida.

Tomé mi celular con cierta desconfianza. Sabía que no controlaba mis impulsos cuando se trataba de él. Y necesitaba tanto su voz para calmar mis demonios.

Busqué en mis contactos y sonreí al ver su foto con su número, esa sonrisa que tanto extrañaba junto con su ceja levantada en un intento de pose sexy que sólo lo hacía ver gracioso.

Sólo me aseguraré de que esté bien. Pensé.

El recuerdo de ellos tomados de la mano se instaló en mi mente obligándome a dejar las cosas como estaban, decidida solté el celular y reprimí los impulsos de llamarlo.

Me quede observando la nada dejando de lado mis pensamientos sólo respiraba quizá encontrando algún motivo para darle sentido a mi vida.

Golpearon la puerta repetidas veces dando a notar desesperación en cada golpe.

Estaba sola, con lluvia, de noche, ¡Dios! Podía haber sido un asesino en serie.

Aunque fue todo lo contrario era el brillito de mis ojos, la luz en mis días nublados, mi paraguas en mis días lluviosos, mi sol, mi vida, mi aire, sí, se llamaba oxígeno, mi razón de amar, él único en mi corazón.

Miles de preguntas se formularon en mi mente al verlo ahí escurriendo por la lluvia y colérico quien sabe por qué.

- ¿Por qué chingados no contestas mis putas llamadas ¡Joder!? -profirió realmente molesto.

¡Dios, usó tantas palabrotas en una sola frase, tenía miedo!

Me sentía cohibida por dentro pero la coraza que había levantado hace tiempo no me falló y no me inmuté.

- ¿Disculpa?

- ¿Estás sorda? -preguntó con ponzoña.

-No.

- ¿Entonces? Contesta.

-No tengo por que darte explicaciones -mascullé.

-Última vez que repito, pon atención. -dijo. - ¿Por qué no contestabas mis jodidas llamadas? -preguntó haciendo pausas en cada palabra. Por lo menos ya se le estaba pasando el enojo.

- ¿Qué te importa? Ya dije. No te daré explicaciones, ¿entendiste o con manzanas? -dije enojada.

-Pensé que te había pasado algo. Me preocupé y vine lo más rápido posible -confesó bajando la guardia y dejó ver su preocupación.

Mi escudo poco a poco perdía grosor convirtiéndose en una capa delgada fácil de traspasar si desaparecía quedaría expuesta y eso no lo podía permitir.

-Ahora dime, ¿por qué no respondías? -insistió esta vez acercándose a mi y con un tono de voz tan dulce que me era imposible resistirme.

No podía gesticular palabra alguna. Mis emociones estaban a flor de piel, su cercanía me abrumaba era como estar cerca del sol y querer alcanzarlo sabiendo que este te quemará y te dañará. Quería arrojarme a sus brazos y pasar por alto todo y actuar como si nada hubiera sucedido.

-Amor, ¿acaso ya no me quieres, ya no deseas mi cercanía, mi amistad? -interrogó.

Se veía tan sincero sus palabras al compás de su voz era como la más bella melodía, como aquella canción de cuna que es indispensable para alcanzar el más placentero descanso, aquella tonada pegajosa en los momentos de aburrimiento, aquellas estrofas en las que te sumerges y se convierten en tu todo.

Estaba embelesada en mis pensamientos tratando de aclarar todo aquello que se me venía a la mente, ¿lo dejo entrar en mi vida de nuevo? ¿lo alejo para nunca más volverlo a ver? Eran las preguntas que más resonaban y las que más me inquietaban.

-Bonita, te necesito -dijo mirándome a los ojos.

Solo eso bastó para que mi escudo se volviera nada, se esfumó dejándome a merced de sus brazos, lo necesitaba más que al aire que respiraba. Se acercó y acunó mi rostro en sus grandes manos. Clavó su mirada en mis ojos y terminó dándome un beso en la frente.

-Perdóname no he querido hacerte daño. Te necesito. -repitió.

Juntó nuestras frentes rozando nuestras narices, me perdí en la profundidad de su ojos buscando algún indicio de maldad, mentira o lo que fuera para negarme, pero no lo encontré. Mordí mi labio inferior en señal de rendición, él esbozó una sonrisa y besó la comisura de mis labios.

-También te necesito. -dije perdiendo la batalla conmigo misma y besé sus labios con necesidad.

Si ya se! A pero que pendis wendys la morra esta pero bah!

¿QUÉ OPINAN SERAN FELICES FOREVAH? O ¿VENDRAN MÁS PROBLEMAS? :/

Me voy a clase los hamo y así.

No, no los dejaré sólo con este, cuando regrese les dejo más :3

¿A QUE SI ESTUVO LINDO? (digan que si ¬¬) lol y bien me gustaría sus opiniones besos! :*

Deseo OdiarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora