Fui débil y lo busqué. Di mi brazo a torcer.
Esperaba que al verlo todo fuera sólo un mal rato y que sintiera las mismas ganas que yo de abrazarlo para recuperar el tiempo perdido.
Al verlo mi corazón latía tan fuerte que por un momento creí que se saldría de mi pecho.
Solo yo sentí esa alegría en nuestro encuentro.
-Vaya, hasta que ese te deja libre. -espetó.
-Vaya, hasta que te dignas a dirigirme la palabra. -contesté. No era el mejor inicio pero por lo menos la necesidad de escuchar su voz de esfumó.
-No me hablabas, supongo que no te interesaba saber de mi, ya que el adorable y atento Kevin estaba ahí.
-Te busqué. Siempre te tengo que hablar yo primero. -dije ignorando lo demás.
-No tienes que hacerlo si no quieres, da igual. -contestó con indiferencia.
¿Dónde estaba ese chico que tanto amaba?
-Pero si no te busco no me buscas, si no te hablo no me hablas. Si no lo hago te perdería; me perdería. -confesé exponiendo mi alma. Mis palabras estaban llenas de sinceridad.
-El interés tiene pies, ¿cierto?
-preguntó sin pena.
-Supongo. Dime, ¿la has vuelto a ver? -pregunté arrepintiendome de haberlo hecho. Las únicas veces que el se había comportado así era por ella.
- ¿A quien?
-A tú ex, obvio, ¿a quien más? Ya la viste, ¿regresaste con ella? ¿Aún la amas? -cuestioné.
-No seas tonta. Yo jamás me enamoraría. Yo sólo las uso y las dejo, sin excepción. Esas cosas del amor no existen, son sólo sentimientos inservibles.
Cuando te enamoras le das al otro el poder de destruirte, de hacer contigo lo que se le venga en gana y estar a su disposición. -contestó.
Su mirada era fría, sus palabras fueron como dagas en mi pecho.
¿Cómo podía pensar así?
Caí en cuenta que justamente eso había hecho conmigo.
-Lo dices cómo si ya te hubiera pasado.
Se tensó y no articuló palabra simplemente se marchó dejándome sola.
- ¡Espera! -grité antes de perderlo totalmente de vista. Me acerqué a él con sigilo.
-No me respondiste. -inquirí.
- ¿El qué?
- ¿Estás con ella otra vez? -repetí la pregunta.
Nuestras miradas estaban fijas. Sus pupilas estaban más oscuras de lo usual, parecía que luchaba con sus demonios internos y éstos estaban ganando.
Se aproximó a mí con rapidez para besar mi frente por un instante. Miró a mis espaldas con recelo.
-Ese asunto no te importa. -dijo antes de marcharse.
Lo observé irse asimilando sus palabras.
¿Entonces estaba con ella?
- ¿Estás bien? -preguntó mi príncipe mirándome con preocupación.
Negué y me abrazó.
No dijo nada más solo no me dejó caer cuando estaba a punto de derrumbarme. Sollocé en sus brazos, no pude evitar romper en llanto.
-Todo va a estar bien, mi cielo.
-Nada está bien. -dije entre lágrimas pegándome más a su pecho. Sentía que me iba a romper en cualquier instante.
-Yo estoy aquí para ti. -susurró en mi oído, me abrazó con más fuerza mientras enterraba su nariz en mi cabello.

ESTÁS LEYENDO
Deseo Odiarte
RomanceTe escribo como si lo fueras a leer. ----- Portadas de la historia hechas por mi gemelita @GCRosemary. Ella es mía y solo mía pero comparto su talento y les recomiendo que se dejen querer por sus historias.