Cuatro

1.5K 84 12
                                    

Entró al local con aires de grandeza, frente en alto, pasos firmes y una mirada déspota.

Lo observé fijamente, contemplé su rostro, su andar, sus facciones era perfecto ante mis ojos.

Pronunció su nombre y pedido.

Su voz era tan grave y rasposa, me perdí en ella, la grabé en mi memoria por si no lo volvía a ver.

Sentí un cosquilleo en el estómago y no pude evitar una sonrisa nerviosa.

Se despidió con una sonrisa coqueta, salió triunfante como si hubiera ganado un trofeo o algo parecido, se dio cuenta que había caído rendida ante sus pies.

Deseo OdiarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora