Veinte días en mi intento de olvidarte...
Necesito ser fuerte, quiero serlo pero no puedo porque aun quiero que regrese a mi lado, espero un milagro y quiero que sea junto a él.
Un mes después...
Treinta días sin él, me asombraba la fuerza de voluntad que tenía; no lo había buscado.
Lo pensaba, sí, pero no añoraba más su regreso porque esa esperanza se estaba apagando con el paso de los días. Treinta días en los que las cosas en mi mundo cambiaron, no sabía si para bien o para mal. Treinta días y mis sonrisas eran falsas.
Algo dentro de mi murió de apoco quizá fue el amor dentro de mí, quizá fue la luz que iluminaba mi corazón, no sé.
El fingir se había vuelto un hábito, estaba rota, me sentía débil pero por fuera me sentía tan dura como una roca.Cuarenta días después...
Me sentía sola, sin él las cosas eran más difíciles, más complicadas, menos alegres. Antes no lo tenía pero por lo menos nadie lo poseía y eso me hacía sentir segura; con la ilusión de una posibilidad a su lado. Es cierto cuando dicen que no hay que confiar ni en nuestra propia sombra, mi propia mente me jugaba chueco, me hacía que lo viera, que lo imaginara detrás de mi puerta en los días lluviosos, olía su colonia en mis sábanas eso sucedía cuando no podía dormir y pensaba en él, su aroma me enviaba a un profundo sueño.
Dejé por fin de contar día tras día quizá el exceso de trabajo ayudó aunque también ahí estaba presente, no podía negarlo ya que ahí en ese lugar pasaron tantas cosas difíciles de olvidar.
Una tarde llegó mi superior a encomendarme un trabajo especial.
Invitaciones de boda. No eran de cualquier pareja, no era de cualquier persona, no, eran de él.La invitación constaba de pequeños y finos detalles, sus nombres en letra cursiva finamente trazada, la recepción sería en un bello lugar y la iglesia sería la que se encontraba cerca de mi casa.
Para mi era sencillo hacerla yo ponía esmero en ese tipo de cosas por ser para una ocasión única y especial pero ese caso no lo era, no para mí.
"Nuestro sueño hecho realidad" la frase que adornaría la cara principal de dicho papel, su sueño hecho realidad convertido en mi pesadilla. Tenía que admitirlo la perra tenía buen gusto.Me entristeció saber la fecha de la boda, el día de mi cumpleaños.
Me di cuenta que ni eso pudo respetar, ni siquiera por ser mi día especial puedo poner cualquier otra fecha no importa que día había otros 364 días en el año y justamente ese tenía que ser. Lo más probable es que ni siquiera se acordaba que ese día cumplía años.No, no podía hacerlo, no podía involucrarme en el proceso de algo tan tormentoso para mí. Negué hacerlo y renuncié al trabajo sería lo mejor, para mi, para mi bienestar y salud.
Dejaba atrás una etapa hermosa y dolorosa.
Dejaba ahí mis ilusiones y esperanzas.
Dejaba el recuerdo constante de mi gran amor, de mi amor infinito, de el brillo de mis ojos, de la luz de mi vida, de quien un día fui su bonita.Tomaría un pequeño receso de todo y de todos no quería saber nada de nadie, no quería saber ni de mis misma.
(...)
— ¿Estás completamente segura que ese día quieres que sea la boda cielo?
—pregunté extrañado. Al proponer fechas estuvo necia en ese día en especial. No caía en fin de semana, si no entre semana, no entendía porqué tanta terquedad de su parte, además era en temporada de lluvias, el clima era tan inestable qye probablemente caería granizo. En fin si ella era feliz también yo. Sin embargo algo dentro de mi me inquietaba de manera extraña al decidir los últimos detalles de esa ceremonia tan esperada, tan especial porque me casaría con el amor de mi vida.—Sí, ese día me gusta, yo sé lo que hago. —Frunció el ceño, se veía tan tierna.
—Como quieras, es nuestro día especial y quiero complacerte en todo
—añadí sonriente a mi futura esposa.
Quien lo diría solo estaba a poco tiempo de casarme y que todo cambiara para bien. Dicen que la novia siempre es la más nerviosa y la más insegura días antes de la boda pero ella se veía tan calmada pensando todo con la cabeza fría mientras yo era un manojo de nervios en aumento.Tenía la esperanza de que todo saliera como era esperado ya anhelaba ver a mi chica caminando al altar y hacerla mía, mi esposa, solo mía.
Nadie más me la quitaría ya dando el sí, eso sería imposible porque estaríamos unidos hasta que la muerte nos separara.Me sentía completo a su lado ella era más de lo que podía anhelar, era perfecta, era todo lo bueno del mundo encapsulado en su pequeño y perfecto cuerpo delineado por curvas provocadoras y una sonrisa tierna que contrastaba su ser. Me sentía poderoso como si tueviera el mundo en mis manos al tomar la suya y caminar juntos por la calle, la mirada de los idiotas con las hormonas alborotadas nos miraban y mi orgullo aumentaba.
Sí, tenía a la mujer perfecta a mi lado y pronto sería la dueña de mis quincenas.— ¿Alguna otra cosa que desees, amor?
—A ti, en mi cama, nuestra cama. —Se acercó a mi en un segundo, besaba mis labios y gruñía en ellos de forma seductora al morder la parte exterior de ellos.
—Como gustes, futura esposa. —La cargué en mis brazos tal cual como lo haría después de dar el sí en el altar.
—Bajame no seas ridículo —dijo mientras golpeaba mi pecho despacio.
—No, quiero ensayar amada mía. —Comencé a subir las escaleras mientras capturaba sus labios posesivamente, la haría mía una vez más, con ternura y pasión como solo con ella lo sentía, hacía el amor y me sentía en las nubes al culminar nuestro sublime acto de amor.
La amaba y faltaba poco para la boda.

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Deseo Odiarte
RomanceTe escribo como si lo fueras a leer. ----- Portadas de la historia hechas por mi gemelita @GCRosemary. Ella es mía y solo mía pero comparto su talento y les recomiendo que se dejen querer por sus historias.